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Test Drive: Citroën C4 Cactus 2019

El nuevo C4 Cactus ya no es más un crossover, es un excelente hatchback y uno muy confortable, pero que no pierde lo alternativo y audaz... como siempre han sido todos los Citroën.

Test Drive: Citroën C4 Cactus 2019

Nos dimos un lujo. Porque el nuevo Citroën C4 Cactus fue recientemente lanzado, pero nosotros nos llevamos una unidad "para la casa" habiendo terminado el evento. Y es que hay varias cosas que nos llamaron la atención como para poner a prueba sobre este recién llegado.

Citroën ha hecho mucho énfasis en el tema de la comodidad. Tanto, que hay asientos nuevos y suspensión nueva, las que persiguen entregar un manejo único y que nos haga olvidar en parte de que estamos en el tráfico, para llevarnos a la misma calidez de nuestro hogar.

Además, hay algunas asistencias importantes de conocer, sin olvidar su tren motriz y bueno, en general, todos los cambios que Citroën le ha dado a este modelo, para que sea un poco más urbano. Aunque, créenos, el C4 Cactus 2019 está muy lejos de ser un auto cualquiera y esa es una de sus mejores características, en especial con tanto auto de diseño similar y en colores que no son colores.

Para efectos de esta prueba, nuestro ejemplar corresponde a la versión BlueHDi 100 5MT Shine, avaluada en $14.590.000.

Dimensiones

El C4 Cactus 2019 se le llama un auto de nueva generación, y eso es porque, aunque en esencia es un facelift, hay algunos cambios contundentes que van más allá de un lavado de cara. Se fabrica en Villaverde, España, tal cual como el Cactus anterior y se alza sobre la plataforma PF1, contemplando 4.170 mm de largo, 1.729 mm de ancho, 1.480 mm de alto y 2.595 mm entre ejes. Solo crece 13 mm extra en el frente, gracias a los cambios estéticos. El maletero también conserva su alta capacidad, con 358 litros (en un volumen bastante regular), ampliable con asientos abatidos a más de 1.170 litros. En el papel, es algo más pequeño que otros hatchbacks en el mercado, digamos el Volkswagen Golf (4.2 metros de largo, 2.6 metros entre ejes) o el Mazda 3 (4.4 metros de largo, 2.7 metros entre ejes), pero, a decir verdad, no lo notarás, por como están concebidos los paneles de las puertas y el diseño de los asientos, algo por lo que se caracterizan los fabricantes franceses y que te puede corroborar cualquier usuario de la marca PSA.

Diseño

Nos creerán que, conversando con distintas personas, hay varios quienes echan de menos los particulares Airbumps de Citroën. Fue en la primera generación del C4 Cactus que aparecieron, como una solución decorativa, pero también práctica, al evitar topones y golpes. ¿Qué paso entonces? Es que el C4 Cactus es un modelo de transición para Citroën en materia de lenguaje de diseño. Prácticamente fue un Concept Car hecho realidad, el cual sería germen de todo lo que vino para adelante, aunque claro, algunas cosas se iban a reinventar para que calzaran mejor con el diseño de los otros autos de la marca, como son hoy en día el C3, el C3 Aircross y el futuro C5 Aircross.

El Cactus original era un crossover a la francesa, excéntrico. Pero hoy, con la salida del C4 y con el C3 Aircross sobre la mesa, lo mejor era reposicionar al Cactus como un hatchback y de ahí que su diseño se alineo con el del C3 y C3 Aircross. Aunque claro... los Airbumps no iban a desaparecer del todo. Esto fue culpa del comienzo de la producción del Cactus en Brasil para el mercado de Mercosur, donde pesó mucho la opinión de este país en la fabricación del nuevo modelo a nivel mundial. Y lo que sucedió fue que los Airbumps resultaron ser muy radicales; una de las tantas ideas de Citroën que no siempre cuajan bien con el público.

¿Qué queda de los Airbumps? En la zona frontal, por ejemplo, los parachoques están más abultados para suplir la falta de los Airbumps frontales. En esta parte también están los neblineros, que lucen encastres de color contrastante (y personalizable). Los focos principales son más grandes y arriba, los focos LED de uso diurno van unidos a la clásica mascara frontal de Citroën que nace de los doble chevrones y que ya vemos en todos los modelos de la marca. De perfil, vemos como los Airbumps se reducen a menos unidades, estilizados en la zona inferior de las puertas, otorgando un look más limpio, pero también más convencional. La zaga, presenta una imagen menos campera, ya que todas las aplicaciones plásticas fueron removidas. En su lugar, se alargaron los focos hacia el maletero y se abultaron los parachoques en la zona baja.

Se mantiene el carenado plástico en los pasos de rueda y se remueven las barras en el techo. El resultado final es el de un auto que parece el hermano mayor del C3, una suerte de hatchback al que aún le quedan algunos elementos menores de crossover, pero que le juegan muy a favor en el look, apelando también a una imagen de gusto más transversal. Los colores también cambian, pasando de colores vibrantes a tonos más metalizados y satinados, como el nuevo verde esmeralda o el blanco de nuestro modelo, claro que, con opción de acentos contrastantes, que en nuestro caso son de color rojo mate. En total son 31 combinaciones de color.

Interior

Hacia el interior del Cactus hay algunos cambios interesantes de notar, como por ejemplo la ausencia de la curiosa banca frontal (a lo auto americano) reemplazada por una configuración más convencional, con apoyabrazos. Hay cambios también en la interfaz del sistema multimedia, usando colores naranja y verde.

Si no conoces el interior del Cactus te advertimos que te encontraras con un espacio muy futurista, pero también con toques clásicos inspirados en muebles o maletines, logrando un ambiente cálido y practico, con distintos espacios portaobjetos. De hecho, el Airbag del pasajero sigue dispuesto en el techo, para poder generar una curiosa guantera profunda, de apertura superior, junto con mayor espacio para las piernas. También hay alguna que otra bandeja menor para poner monedas, teléfonos, entre otros, con superficies antideslizantes. Los paneles de las puertas encontramos que son de plásticos muy duros y que ya no deberían estar presentes en un auto de este segmento, considerando la calidad usada en otros paneles, no costaba tanto.

Lo segundo, son los cojines del Cactus, cortesía del programa Advance Comfort. Estos cuentan con una capa de entre 2 a 15 mm, más un recubrimiento acolchado en los cojines principales. Bajo estas capas de espuma, se encuentran los cojines de alta densidad (60 mm), que incluso de tacto nos recuerdan un poco a las famosas almohadas con memoria, claro que mucho más firmes. El resultado, te lo puedes suponer: si te gustan los autos muy cómodos, te vas a sentir de maravilla, además de que tienen buen soporte lateral. Esto también ayuda en viajes largos y a la fatiga por material de los asientos (si te has sentado en un asiento de auto viejo, con muchos kilómetros, notaras que la espuma ya se encuentra vencida y poco mullida)

En las plazas traseras se logra uno dar cuenta de lo grandes de estos asientos, con una espalda muy ancha, pero también ligeramente encorvada para mejorar el espacio para las piernas de los ocupantes de atrás (incorporando bolsillos para mapas). Y ya que llegamos a este punto, señalaremos que las plazas traseras son un poco más firmes que las de adelante, con menos sujeción y con una altura suficiente si no pasas los 1.70 metros. Lo bueno, es que gracias a que el suelo es bastante plano y la banca es ancha, permite que se sienten 3 personas correctamente.

Si ya conoces al Cactus de la generación anterior, te recordaras las ventanas de las puertas traseras, las que para muchos no son el mejor atributo de este modelo ya que no se pueden bajar, solo abatir, como si fuesen las de un hatchback o las de un furgón. Esto es aprovechado positivamente por Citroën para generar puertas más livianas y con una cavidad sobresaliente para colocar objetos, aumentando también el ancho en la habitabilidad (aunque sabemos que preferirías ventanas convencionales).

Otro punto que vale mencionar, es que se mantiene el clúster LCD al frente del conductor, muy futurista, pero muy pobre en información, considerando un velocímetro digital, un indicador digital de combustible y testigos luminosos para la temperatura y las otras funciones del auto (incluyendo información resumida del control crucero y la detección de señalética). No tiene tacómetro y la verdad, es un tanto desconcertante, en especial para un auto de este segmento. El computador a bordo se encuentra en la pantalla del sistema multimedia (de 7"), donde también están las funciones del GPS, climatizador, asistencias de seguridad y sincronización con smartphones, No es tan complicado de utilizar, aunque si no eres muy asiduo al ecosistema PSA, te recomendamos familiarizarte con él.

Seguridad

Citroën le entrega al Cactus un muy alto nivel de seguridad en todas las versiones, incluyendo 6 Airbags, neblineros con función cornering, sensor de retroceso con cámara, monitor de la presión de los neumáticos, frenos ABS, ESP y anclajes ISOFIX. En las versiones Shine (como la nuestra) se agregan los sensores de luz y lluvia (mención especial a los limpiaparabrisas Magic Wash con surtidores en las plumillas), espejos exteriores calefaccionados (de plegado eléctrico) y una poderosa suite de asistencias al manejo (Pack Drive Assist Plus) donde podemos encontrar, el sistema de frenado activo de emergencia, indicador de fatiga (Coffee Break Alert), alerta de cambio involuntario de carril, reconocimiento de señales de velocidad, radar de punto ciego y recomendación/alerta de atención del conductor. 

Motor y comportamiento

El C4 Cactus se ofrece con dos propulsores, un Puretech 1.2 Turbo de 110 Hp y 205 Nm de torque, asociado a una caja 5MT o a una EAT6, junto a un BlueHDi Turbodiésel de 1.6 litros, con 100 Hp y 250 Nm de par, solo disponible con una caja manual de 5 velocidades y que es el motor en el que nos concentraremos, puesto que es el que impulsa a nuestra unidad de prueba.

Y vaya que lo impulsa. Si bien no es una unidad explosiva, resuelve bien en mover los poco más de 1300 kilos que pesa este auto. Sus marchas son un poco más largas, atributo que se aprovecha del torque de este auto y que también ayuda a lograr un tremendo rendimiento en consumo, de 20,8 km/l en ciudad y casi 30 km/l en carretera. Y aunque tuvimos algunas desviaciones típicas en consumo versus las cifras del 3CV (cercanas a los 2 km/l en promedio) es sencillamente uno de los puntos más fuertes. No es un auto para correr, sino que para ahorrar.

Lo segundo tiene que ver con que ya no hay caja automática pilotada, sino que es reemplazada por una automática de 6 velocidades que ya hemos probado en muchos productos nuevos del grupo PSA y que está a años luz del rendimiento dinámico que tenía la anterior, además de ser mucho más confiable.

Lo tercero en puntualizar tiene relación con su manejo, porque el C4 Cactus anterior era un modelo que compilaba bastante bien adelante, no así con la barra de torsión del eje trasero, cargada a la sequedad. Esto se acaba con el nuevo sistema de suspensión hidráulica progresiva de la marca, un desarrollo propio sustentado en los muchos años que llevan los galos en esto de la suspensión hidroneumática. En el caso del C4 consiste en topes hidráulicos que van liberando aceite de manera progresiva conforme el auto tiene un rebote. Esto no es completamente aparente en manejo regular, sino que cuando vamos por caminos ásperos o cuando derechamente le pegamos a algo. Y si bien no aísla completamente lo que sucede en la ruta, filtra bastante, lo suficiente como para evitar que el auto se siga bamboleando con la inercia, lo que se traduce finalmente en un manejo muy controlado y confortable. 

La dirección es rápida, certera, pero aislada, gracias a la asistencia eléctrica. Ahora claro, si lo pensamos dentro del concepto de confort que lleva el C4 Cactus, está bien desmultiplicada y le otorga buena agilidad en manejo regular.

Conclusiones

El Cactus hace una brutal declaración de principios. Es sencillamente un auto que apuesta por el confort. Lo vemos en sus asientos, en su esquema de suspensión con topes hidráulicos y en las mejoras acústicas que se le han entregado al habitáculo (incluyendo el parabrisas frontal). Y nos encanta que sea así de honesto, sobretodo en un universo donde todos los autos quieren ser deportivos, estilizados o lujosos. El Citroën C4 Cactus quiere llevarte a que te sientas como en tu casa, con harta luminosidad (gracias al techo panorámico), espacios minimalistas y bien pensados.

Quizás a quien maneja, si es de personalidad más activa, no le va a gustar, por lo aislado, por la falta de un tacómetro o porque el motor es muy lineal en su respuesta. Pero créenos, que después de un viaje largo, en tu familia lo van a amar, por lo espacioso, lo lúdico y bien equipado. Con el estrés que se vive día a día en el tráfico, con el pésimo estado de nuestras calles, es refrescante encontrarse con un modelo que te devuelva un poco de calidad de vida.

Si no fuera por la calidad de algunos de sus plásticos, su clúster poco informativo y las ventanas traseras batientes... pero bueno, no sería un Citroën si no tuviera alguna locura inscrita en su diseño.

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