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Mazda CX-30, la apuesta por un SUV más deportivo

De formas más dinámicas y atractivas, este nuevo SUV se ubica a medio camino entre los CX-3 y CX-5.

Mazda CX-30, la apuesta por un SUV más deportivo

Mazda ya nos había anticipado hace semanas la llegada de un nuevo integrante a su gama de SUV, que sería develado en el marco del Salón de Ginebra, y poco después se confirmó que sería el primero de dos nuevos modelos que complementarían la oferta de productos de la marca en este popular segmento.

Y como no hay plazo que no se cumpla, viajamos a la muestra suiza para conocer de primera mano al nuevo Mazda CX-30 2020, un producto que por tamaño y precio se posicionará entre CX-3 y CX-5. Dicho de otro modo, debería ser un CX-4, pero como en China ya existe un producto con ese nombre y el concepto es diferente, Mazda se vio en la necesidad de crear una nueva tipificación para sus productos, y de ahí nace lo de 30.

Sobre la nueva nomenclatura de doble dígito, Mazda indica que tiene la intención de seguir ampliando la gama hacia horizontes hasta ahora no conocidos para ellos. Esto abre la puerta a variantes como una CX-50, por ejemplo, que sería algo así como una CX-5 coupé, o bien un Mazda3 con el motor 2.5 turbo podría ser algo así como un Mazda30, pero ya estamos cayendo en el terreno de la especulación.

Regresando al Mazda CX-30 2020, se trata del primer SUV en aprovechar el desarrollo de la séptima generación de vehículos de la marca, y el segundo producto en general, después del recientemente lanzado Mazda3 2019.

El CX-30 tiene proporciones más dinámicas y alargadas que sus hermanos actuales, muy en la línea de los SUV con formas de coupé. Asimismo, encontramos muchas reminiscencias visuales con el nuevo Mazda3. Sin embargo, destaca la presencia de los elementos plásticos en arcos de rueda y faldones, que le confieren una apariencia más agresiva y le permiten definirse mejor como crossover.

En cuanto a dimensiones, el CX-30 mide 4.395 mm de largo, es decir es 120 mm más largo que un CX-3, pero 150 mm más corto que CX-5. Por su parte, tiene 1.795 mm de ancho (sin espejos) y 1.540 mm de alto, la misma que un CX-3 y 15 cm menos que un CX-5. Por último, la distancia entre ejes es de 2.655 mm, casi 9 cm más que el CX-3 y 4 cm menos que el CX-5. Como dato añadido, ofrece 175 mm de distancia al suelo, lo que no es mucho para un  SUV, y tiene un maletero de 430 litros.

Para Europa, la gama de motores es muy amplia, empezando por los de gasolina Skyactiv-G de 2.0 (con tecnología de desactivación de cilindros y sistema M Hybrid) y 2.5 litros, pasando por un Skyactiv-D (diésel) de 1.8 litros, y coronados por el revolucionario Skyactiv-X, que dicho sea de paso también se combina con un sistema Mild-Hybrid (M Hybrid) para mejorar tanto los niveles de respuesta, como de consumo.

La tracción es integral i-Activ y, por cierto, actúa en conjunto con el sistema G-Vectoring Control y con las cajas de seis cambios, manual o automática.

Ahora bien, para nuestro mercado ya sabemos que el Skyactiv-X es un fruto prohibido, aunque tenemos fe que no sea de manera definitiva. Por otro lado, de llegar a Chile, de seguro se replicaran las opciones que ofrezca el nuevo Mazda3, sumando a lo más, una opción diesel. Así que deberiamos ver ofertas que van entre los 2 y 2.5 litros, sin sobrealimentación.

¿Y por dentro?

El Mazda CX-30 está construido sobre una derivación de la plataforma del nuevo Mazda3 2019, y por lo tanto se beneficia de la exhaustiva atención al detalle con que éste fue desarrollado.

Lo anterior significa que encontramos una cabina virtualmente idéntica, donde destacan materiales y armado de calidad sobresaliente, así como todo el desarrollo para eliminar ruidos y vibraciones transmitidas al interior, logrando una posición de manejo idónea en donde, además, los ocupantes sufren del menor balanceo de cabeza posible, mejorando el refinamiento y un larguísimo etc.

La pantalla central es de 8.8 pulgadas y se controla mediante el HMI, que cuenta con nueva interfaz. En las versiones tope el sistema de audio va firmado por Bose con 12 parlantes, y también aprovecha el desarrollo del Mazda3 para lograr una acústica inédita en un vehículo de este segmento.

En materia de seguridad, además de airbags frontales, laterales y de cortina, se adiciona una para rodillas del conductor, el capó tiene una estructura desarrollada específicamente para absorber el impacto de la cabeza de un peatón y, evidentemente, elementos como los frenos ABS y el ESP están presentes.

Adicionalmente incorpora el sistema I-Activsense, que engloba varias tecnologías de seguridad de última generación tales como alerta de tráfico cruzado frontal, asistente de frenado, control de crucero activo con asistente de mantenimiento de carril y un monitor que mediante una cámara infrarroja detecta la cantidad de veces que el conductor parpadea, que tan abiertos tiene los ojos, así como la posición de la cara y boca, para determinar el nivel de fatiga, o bien la línea de visión para detectar si se está distrayendo y, en caso de ser necesario, emitir una alerta, además de activar el sistema de asistencia de frenado para acortar los tiempos de reacción.

La llegada del nuevo Mazda CX-30 a Chile no está aun programado, puesto que ni siquiera recibimos el Mazda3 nuevo. Aunque con el éxito y el prestigio que tiene la marca en nuestro país, pueden dar por hecho que va a llegar.

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