La palabra “turbo” es relacionada de forma inmediata con vehículos veloces. Sin embargo, algunos expertos señalan que los motores que cuentan con estos sistemas no solo están diseñados para desarrollar mayor velocidad. En caso de considerar la compra de un vehículo turbocargado, ten en cuenta las siguientes ventajas:
1. Menor consumo de combustible
Un motor con turbocargador produce la misma cantidad de energía que uno de mayor tamaño sin él, la diferencia es que el motor con turbo usará menos combustible. Por ejemplo, si ambos producen 200 caballos de potencia, la versión turbo puede hacerlo con sólo cuatro cilindros, mientras que un motor convencional requerirá de seis.
Un motor turbocargado podría ahorrar hasta un 20% de combustible. Por ejemplo, el motor 3 cilindros 1.0 turbo del SEAT Ibiza genera 201 Nm de torque, mientras que el 1.5 litros de BMW que también es tricilíndrico entrega desde 220 Nm y en el caso de un MINI Cooper, hasta 236 Nm. Incluso, la Equinox de Chevrolet posee un motor turbo de 1.5 litros que genera 230 Nm de torque, todos ellos vehículos con buenos niveles de desempeño y consumo .
2. Menos ruido
El motor con un turbocargador es menos ruidoso que uno de aspiración natural, además posee un tamaño de motor generalmente mucho más pequeño para producir la misma cantidad de energía. Ahora hablamos de un motor estandar, no de uno modificado con ruidosas valvulas de despiche y escapes deportivos.
3. Desempeño en altura
A mayor altura, el rendimiento y generación de energía de un motor turbo se mantienene prácticamente igual que a nivel del mar, debido a que a mayor altura hay menor presión de aire y el turbo lo compensa. Asi, el poco aire que hay más arriba, es comprimido por el turbo, generando menos perdidas de las que tendria un motor aspirado, más fatigado y con posibilidad de ahogarse.
4. Mucho más ligero
El motor turbo puede generar la misma potencia que un motor convencional de mayor cilindrada y tamaño, sin embargo, al ser más compacto te ayuda a ahorrar espacio y peso. Un vehículo entre más ligero es más eficiente. Es cosa de mirar la epoca de los noventa, con motores turbo de entre dos a tres litros que hacian tanta o más potencia que un V8 más grande, pesado y gastador.
5. Menos contaminación
Un motor con turbocargado es más pequeño que uno regular, quema menos combustible y genera menos dióxido de carbono, lo que significa que es más amigable con el medio ambiente.
El turbocompresor es parte de la tendencia de la industria automotriz que busca reducir el tamaño y la cilindrada de los motores para disminuir las emisiones contaminantes y optimizar el uso de combustibles.