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De menos a más, la evolución de la parrilla doble riñón de BMW

BMW tiene varios rasgos de diseño característicos que lucen todos sus modelos, una de ellas es la parrilla.

De menos a más, la evolución de la parrilla doble riñón de BMW

Al igual que muchas otras marcas de autos, BMW tiene varios rasgos de diseño característicos impuestos en cada uno de sus modelos, mismos que se han mantenido y evolucionado con el paso de los años.

Evidentemente, tres de los rasgos principales que identifican a un BMW sin necesidad de comprobar la insignia de la marca, es la curva Hofmeister que da forma a la las ventanillas traseras, las luces delanteras de cuatro ojos (actualmente con diferentes diseños y formas) y la parrilla de doble riñón.

Hablando específicamente de la parrilla, la mayoría de los modelos que BMW ha diseñado en su historia tienen este denominador común, solo los mini autos de la década de 1950, el BMW Isetta, el BMW 600 o el BMW 700 no la incorporaban. De la misma manera que el diseño en general, este elemento ha evolucionado a lo largo de la historia, influido por las tendencias de cada época, y por los avances en la aerodinámica y la refrigeración de los motores. Y es que como es bien sabido, el objetivo principal de la parrilla es canalizar aire fresco hacia el radiador para refrigerar el motor.

Los inicios de un clásico del diseño

Antes de que se introdujera la icónica parrilla de doble riñón, solo se fabricaron tres modelos de BMW. Dos de ellos fueron el Dixi 3/15 PS y Dixi 3/15 PS DA, construidos bajo la licencia de Austin Seven. Por su parte, el tercero es el BMW 3/20 PS, el primer y único automóvil fabricado en su totalidad por la marca sin su característica rejilla. Tras estos modelos, en 1933, nace el BMW 303, el modelo pionero en incorporar la famosa parrilla.

Lo que si es que los primeros BMW que utilizaron este icónico elemento de diseño lucían una parrilla muy distinta a la que se conoce hoy en día. Ambos riñones tenían un diseño alargado y estrecho, y ocupaban todo el frontal del vehículo. Asimismo, presentaban marcos cromados y una rejilla metálica en el interior.

Fue el BMW 315/1 1934 el modelo que mostraba una parrilla frontal más inclinada y aerodinámica. Pero la primera gran evolución de este elemento llegó con el BMW 328 roadster 1936, diseñado por Peter Szymanowski. En este modelo, las aletas delanteras y el alojamiento de los faros van ganando superficie en el frontal, que ya no es exclusivo de la zona del radiador y la parrilla. Ésta muestra un diseño curvo, influido por el diseño aeronáutico y los avances de la aerodinámica.

A su vez, los marcos cromados están más enrasados con la carrocería y la rejilla interior tiene una trama más elaborada y cinco grandes barras verticales por riñón. Quien llevó al extremo esa configuración, fue el legendario BMW 328 Mille Miglia Touring Coupé - doble ganador de la Mille Miglia-, con unos riñones más delgados, cuatro barras en su interior y fondo negro.

También acentúa el diseño del BMW 335 1939, por las barras horizontales oblicuas de su parrilla y porque los riñones estaban dispuestos en forma de cuña para una mejor aerodinámica.

Tiempos modernos

En 1962 se inició el lanzamiento de la “Nueva Clase” de BMW, una completa gama de sedanes y coupés de nuevo diseño. En esta etapa, el primero fue el BMW 1500, que presentaba un diseño marcado por las tendencias de la década de 1960, con formas sencillas y trazos rectos. La ancha parrilla delantera ocupaba todo el frontal e incluso alojaba los faros, pero los riñones seguían siendo estrechos, alargados y con cinco barras en su interior, por lo que ocupaban un espacio muy reducido.

Posteriormente, el BMW 2002 refinó ese diseño. Más adelante, la nueva serie de coupés diseñada por Karmann a finales de la década de 1960 (entre ellos, los BMW 2800 CS y BMW 3.0 CS) lucieron, por primera vez, las luces dobles de “cuatro ojos” que marcaron el diseño de las siguientes décadas.

Esta nueva tendencia fue seguida por el concepto BMW Turbo de Paul Bracq presentado en 1972, con una minúscula “kidney grille”, fue un adelantado a su tiempo. Inspiró el diseño del brutal M1 1978, pero su influencia fue mucho más allá, llegando al Z1 1988 y Serie 8 1989. En todos ellos, los dos riñones están más integrados en el diseño del frontal, tienen la rejilla negra y van enmarcados en una pieza del color de la carrocería.

Mientras, los modelos de gran producción de la década de 1970, lucían un frontal más clásico, con un lenguaje de diseño común en el Serie 5 1972, Serie 3 1975 y Serie 7 1977. Todos mantenían la ancha parrilla negra frontal, con el doble riñón cromado más integrado y destacando en el centro. En la siguiente generación, es decir en la década de 1980, las parrillas de riñones de las tres series siguieron una tendencia similar, con un diseño más ancho y redondeado, y un marco cromado más fino.

Una nueva reinterpretación

Fue en la década de 1990 donde surgió nueva interpretación de este elemento que marcó el diseño de los riñones hasta la actualidad. En el caso del Serie 3 1990 tenían un diseño trapezoidal, con la parte superior más ancha que la inferior. Además, eran más amplios, tenían los bordes muy redondeados y sobresalían del frontal con un efecto tridimensional. Mucho antes, el único BMW Garmisch 1970 -un concepto clásico que Marcello Gandini diseñó para Bertone- ya incorporaba unos riñones hexagonales.

Por su parte, en 1996 el BMW Serie 5 de 1996 inauguró otro recurso de estilo empleado hasta hace poco por la mayoría de los modelos de la marca: la “kidney grille” se integraba en una prolongación del capó, que descendía hasta tocar el paragolpes.

Desde esos años, hasta ahora, se han seguido tres claras tendencias. Por un lado, la parrilla ha ido ganando tamaño en el frontal de todos los BMW, ya sea en las nuevas series X que nacieron con el X5 en 1999, en la gama de sedanes y coupés, o incluso en los BMW i, con una parrilla “opaca” para subrayar que apenas hay necesidades de refrigeración. Pero el ejemplo extremo es el X7 y el Serie 7, que incorporan las parrillas más grandes; en el caso del sedán ha ganado un 40 por ciento de tamaño respecto a su predecesor. Este aumento de dimensiones ha hecho que su ubicación esté “incrustada” entre el capó y el paragolpes, invadiendo espacio a ambos.

Una última innovación en materia de diseño la estrenó el Z4, cuyo diseño no es en forma de parrilla sino en forma de malla. Esta tendencia la ha continuado el M340i xDrive y el M135i xDrive, aportando una nueva forma para ciertos modelos deportivos de BMW. Un paso más allá lo protagoniza la próxima generación del X6, cuya parrilla se ilumina por primera vez en la historia de la marca. Esta se activa al abrir o cerrar el vehículo, y el conductor también puede encenderla o apagarla manualmente. Asimismo, puede estar iluminada mientras se conduce, dando más brillo a la ya de por sí llamativa apariencia del X6.

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