Lutz "Luigi" Colani ha dejado esta vida a los 91 años, según declaró su familia, ayer 16 de septiembre. A los 90 años, aun seguía trabajando en su taller, ubicado en Karlsruhe, Alemania. Te preguntarás cual es la relevancia de Luigi Colani en el mundo automotriz y la verdad es que, aunque no fue jamás un carrocero reconocido al nivel de Pininfarina, Bertone o Giugiaro, esa fue solo una faceta de este revolucionario diseñador industrial. Colani fue un fiero impulsor de una filosofía propia en diseño, que lo llevo a crear los artículos más revolucionarios y alocados de su época, en especial durante 1970 y 1980.
Aquellas décadas, se caracterizaron por agresivos trazos en forma de cuña, formas geométricas, definidas y afiladas. O en el peor de los casos, "cajas", autos cuadrados. Sin embargo, Colani optó por el camino opuesto, un mundo orgánico, inspirado en la naturaleza y despojado de formas regulares. Todo fueron curvas, siluetas que parecían más influenciadas por el diseño de la vida en sí.
"La tierra es redonda, todos los cuerpos celestiales son redondos; todos se mueven en círculos u orbitas elípticas. Esta misma idea de pequeños mundos circulares orbitando entre ellos, se repite hasta el microcosmos. Incluso nos excitan las figuras redondeadas al pensar en el erotismo y la propagación de la especie. ¿Por qué debería unirme a la masa que quiere hacer todo angular? Yo voy a seguir la filosofía de Galileo Galilei: mi mundo también es redondo."
Colani C 112, basado en el Mercedes Benz C 111.
Si los autos afilados de los años setenta como el Lancia Stratos Zero o el Lamborghini Countach original te parecían futuristas, los autos que alcanzó a diseñar Colani, son derechamente de otra dimensión. Irónico, puesto que están inspirados en nuestra propia vida.
Lo cierto es que el diseño muchas veces se ve limitado por lo racional y claro, porque el diseño en si debe responder a una utilidad y a una función. Antiguamente, era muy difícil dar forma a muchas piezas para la producción en masa y por eso es que todo era de alguna manera modular. Los focos cuadrados, los velocímetros redondos, piezas genéricas, pero los diseñadores hacían lo que se podía para integrar estas piezas a un diseño coherente. Hoy en día, los costos se han simplificado y la tecnología ha permitido focos de policarbonato, iluminación LED y pantallas de LCD, así como técnicas de estampado e inyección que permiten diseños muchísimo más intrincados para piezas específicas.
Pero siempre se necesitan revolucionarios para cambiar los paradigmas existentes y acelerar procesos e ideas. Colani, con su diseño orgánico, se anticipó casi 20 años a tendencias en aerodinámica y ergonomía. Una muestra de ello es su producto más emblemático, que no fue ni siquiera un auto, sino que una cámara fotográfica, la Canon T-90, la primera fabricada con bordes suaves y curvas, para que fuese más ergonómica y cómoda al tomarla con las manos. Esto no solo la acercó al público, sino que marcó una revolución en las cámaras DSLR, incluso tras la F3 de Nikon, diseñada por Giugiaro. Todos los diseños de Canon derivaron de este modelo e incluso, muchos de la competencia. Pero, vamos a los autos.
Abarth Alfa Romeo 1300 Berlinetta
Diseñado por Colani, fue uno de sus primeros proyectos. Alfa Romeo y Abarth trabajaron en un proyecto muy interesante, de la mano del diseñador Franco Scaglione, mientras colaboraba para Bertone.
Estos deportivos de fibra de vidrio, tras su presentación, fueron llevados a la pista de Avus en Alemania para pruebas, pero lamentablemente fueron chocados; aún se desconoce si fueron todas las unidades o queda alguna completa. Colani compró lo que quedó del desastre y creó su propia visión del modelo, con un motor 1.3 tomado de un Giulietta. Hoy es un auto de colección, en especial porque tras los modelos de prueba, el proyecto se abandonó.
Elementos clásicos de la época, como los parabrisas curvos, combinan perfecto con la cola larga y el frontal especial que Colani le otorgó a este auto, el cual según se dice, fue el primer auto en terminar el circuito de Nürburgring (el Nordschleife) en 10 minutos, con una velocidad superior a los 200 km/h.
La historia de este auto es bastante extraña, puesto que hay fuentes que declaran que Colani trabajó desde un inicio con Abarth. Tan raro como es el modelo, tan rara es su historia.
Colani GT
Construido en la base de un Escarabajo, se considera el primer Kit Car de la historia. Se vendieron cerca de 1.700 kits. Durante los años 80, Colani creó su sucesor, como un prototipo (el auto verde en la foto principal)
BMW 700 Colani
Este escuálido modelo es el primer auto con carrocería plástica. Se gestó sobre la base de un BMW 700. Pesaba 350 kilos y podía alcanzar los 200 km/h.
Lamborghini Miura Le Mans Concept
Un modelo que tuvo un triste final. Colani trabajó en este radical prototipo, basado en el histórico y sagrado Lamborghini Miura. Separó la sección del motor de la cabina, como se puede apreciar en la foto, donde solo se ve un cardán y un elemento pivotante. Los conductores iban completamente reclinados en el frente.
Este auto, se perdió y no fue encontrado hasta hace unos buenos años atrás, con otra pintura y en una penosa calidad de abandono.
Lotec / Ferrari Testa d`oro
Este, probablemente sea uno de los modelos más conocidos de Colani y uno de los más impactantes, en específico para los fanáticos de Ferrari, puesto que echa por la borda toda la estética italiana. Si llegaran los marcianos y se tomaran las oficinas de Maranello, de seguro, esta sería su idea de un Ferrari.
Lotec, un afamado tuner de la época, tomó una Ferrari Testarrosa y la preparó para una misión muy singular, un record de velocidad en los salares de Bonneville. El motor plano de 12 cilindros, fue dotado con dos turbocargadores, logrando así 739 Hp y 813 Nm de torque, una potencia estúpidamente alta para la época. Colani se encargó del diseño, con un prototipo inédito basado en toda su visión del biodiseño.
Dos años después, en 1991, Lotec llevó el modelo a los salares, aunque claro, era una versión algo más aterrizada del prototipo, si bien igual llevaba los trazos y la firma de Colani. El auto no superó ningún récord, aunque si ganó su categoría, con una velocidad de 351 km/h.
No se sabe que fue del auto récord o si es que se usó el mismo chasis del prototipo, pero el 2015 se vendió por 1,5 millones de euros.
Aero 3000
Colani trabajó con muchas marcas para el desarrollo de este camión. Originalmente con Mercedes Benz, pero después creó muchas iteraciones más para otros fabricantes, como DAF. Por más de una década, insistió en su propuesta, la cual ayudaba a disminuir casi en un 25% el consumo de combustible en los camiones. Incluso con Siemens, trabajaron en un método de manejo vía joystick. La cabina, es un domo completamente acristalado con un limpiaparabrisas en forma de hélice que imita la insignia de Mercedes-Benz (su primer socio en el proyecto). El proyecto era demasiado ambicioso para ser llevado a la producción.
Colani trabajó en muchos países, viajando a Japón y China, donde se le invitó a participar de muchos proyectos. Aquí no podemos mostrarlos todos, pero hizo prototipos con base en Ford, Dodge, Mazda, Opel, Smart, Mercedes-Benz y más.
Ahora solo contamos su aporte al mundo automotriz. Colani ha creado desde teteras y lámparas, hasta artículos electrónicos, todos basados en su visión orgánica del diseño, con miras siempre a la ergonomía y la aerodinámica.
Su aporte en el campo industrial, muchas veces fue incomprendido por su audacia, pero por lo mismo dejó huella. Su visión del futuro será semillero de tendencias para muchos años por venir, aunque sus creaciones no siempre hayan sido las más bellas, tenían un trasfondo único.