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El "ABC" del nuevo protocolo de comunicación Car-to-X en los automóviles

Cada vehículo con tecnología Car-to-X puede recibir y enviar advertencias de manera simultánea y autónoma

El "ABC" del nuevo protocolo de comunicación Car-to-X en los automóviles

Para que un automóvil que se denomine autónomo requiere de una serie de sistemas y dispositivos, que al trabajar en conjunto hacen que no se requiera de un conductor al volante. Si bien aún falta tiempo para que esta clase de autos sean comercializados, la mayoría de los componentes que permiten la conducción automatizada ya están disponibles en ciertos vehículos, especialmente los de alta gama.

Una de las tecnologías que estará disponible en todos los automóviles y que será indispensable en los vehículos autónomos, es la comunicación Car-to-X. Esta innovación que utiliza la inteligencia de red, permite que los autos puedan estar conectados con el objetivo de informar de riesgos, accidentes o información de señales de tráfico.

Para su funcionamiento, la comunicación Car-to-X canaliza los datos a través de la red móvil incorporada en el auto hacia un servidor que los procesa y los pone a disposición de los miembros individuales del conjunto. En el caso de la información de señales de tráfico, la cámara a bordo analiza los límites de velocidad para ser integrada en actualizaciones del mapa de navegación.

En caso de detectar un accidente vial, este servicio avisa a los demás automóviles que estén cercanos para que tomen sus debidas precauciones. Igualmente, esta capacidad de aviso es muy útil para cuando hay un vehículo averiado, cuando el pavimento es deslizante o no existe buena visibilidad, por ejemplo.

Además de funcionar con los radares, sensores y la red, la comunicación Car-to-X trabaja de manera conjunta con los múltiples parámetros del automóvil, como las actuaciones del control electrónico de estabilidad ESC, los datos de los sensores de lluvia o luz, llamadas del servicio de emergencia y casos de despliegues de airbag.

Algo interesante de esta tecnología, es que es capaz de comunicarse con los semáforos. Por ejemplo, en algunas ciudades de Estados Unidos, la tecnología Car-to-X accede a los datos de los ordenadores que controlan los sistemas de semáforos, para informar a los usuarios en su pantalla si a la siguiente señal puede llegarse en fase verde respetando el límite legal de velocidad.

De no ser así, el servicio ofrece una cuenta atrás hasta la siguiente fase verde, lo que permite a los conductores relajar antes su acción sobre el acelerador para acompasarse a la cadencia a la apertura o cierre de los semáforos.

Donde también es útil la comunicación Car-to-X es en los estacionamientos. Con este servicio, los vehículos pueden comunicar autónomamente al servidor en la nube información sobre cuándo acceden o abandonan plazas de aparcamiento, así como sobre espacios disponibles detectados por sus sensores. Esta información procedente del conjunto de vehículos conectados simplificará considerablemente la búsqueda de un espacio de estacionamiento disponible.

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