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Test Drive: Hyundai Tucson Turbo 2020, ahora con más vitaminas

El nuevo motor que Hyundai ofrece en las versiones más equipadas de Tucson es bastante animado y le entrega una personalidad distinta al popular SUV, que ya se encuentra en su último tramo de vida.

Test Drive: Hyundai Tucson Turbo 2020, ahora con más vitaminas

A finales del año pasado, Hyundai presentó en Chile al Tucson Turbo. Técnicamente no se llama Tucson Turbo, pero es una manera más fácil de identificar a las dos nuevas versiones que ahora incorporan este propulsor. En la gama Tucson aparece un modelo Sport, que es el que ilustra esta nota, más una versión Limited que es prácticamente el modelo tope de linea. Las diferencias con respecto a los demás modelos de la gama, no cambian mucho, así que, si te gusta el modelo, más allá del motor, también te interesará este review, aunque eso también significa que no hay mucho más que ofrecer ante una competencia muy fuerte y renovada. Tucson está llegando al ocaso de su generación vigente y aunque no es un modelo poco atractivo, si queda en evidencia al lado de los futuristas modelos que Hyundai ha lanzado a nivel internacional.

Para ir recordando, Hyundai Tucson mide 4.475 mm de largo, 1.850 mm de ancho, entre 1.655 y 1.660 mm de alto (sin y con barras), y 2.670 mm entre ejes, con un maletero que va entre los 488 y los 1.478 litros de capacidad y que se ve más pequeño de lo que realmente es. Es más grande que un Peugeot 3008 y apenas más pequeño que un Kia Sportage. El Mazda CX-5 es más largo y claramente los nuevos Honda CR-V y Toyota Rav4 ya se asientan en los 4,6 metros de largo.

De diseño, el Tucson ya lleva el último facelift esperable para esta generación, al margen claramente de la Tucson N-Line, de aspecto aún más deportivo. Aquí nos encontramos con una parrilla cromada, con forma de cascada, pasos de rueda plásticos y grandes llantas. En el modelo Sport son de 19", mientras que, en el Limited, de 18", como para privilegiar una calidad de rodado menos áspera. Aparte, el modelo Sport agrega techo panorámico, manillas cromadas y luces LED de uso diurno. En el caso del Limited, se ofrecen luces 100% LED en el frente y portalón automático.

Em general, Tucson es un auto moderno y bien proporcionado. Logra bastante bien el equilibrio entre un modelo sobrio, deportivo, de buen gusto y con identidad de marca, aunque claro, el diseño es un punto fuerte de la competencia y Tucson por ser un auto muy masivo, tiende a percibirse más viejo también. 

Si nos vamos al interior, hay algo que de seguro te va a hacer ruido, en especial si hablamos de un auto que se hace llamar "Sport", que son los asientos de tela. Estamos en un auto de casi 20 millones de pesos y de verdad, le quita valor al conjunto. Lo mismo podemos decir de algunos plásticos o del cuadro de instrumentos. Son detalles, pero que entregan valor añadido y que, así como la calidad percibida, es una suerte de "valor percibido" que no cuaja mucho con el perfil del auto. Ahora, sabemos que la versión Limited tiene asientos de cuero y un clúster más vistoso, pero hay que seguir desembolsando dinero.

Ahora, el armado es otra cosa y como buen Hyundai, no hay nada que decir; lo mismo de la presentación de botones, algunas molduras (las que son símil fibra de carbono, duras pero que no se ven tan mal) y tipografías. El diseño en general, como buen auto coreano, tiene una muy bien lograda mezcla entre estilo y ergonomía; es agradable, moderno y fácil de usar. Lo más llamativo, sin lugar a dudas es el sistema multimedia flotante de 8" sobre la consola y el volante, el cual me da la idea que es más pequeño que en otros modelos del segmento (obviando a Peugeot, claramente) y que no solo ayuda en la maniobrabilidad, sino que además es un buen aporte si se trata de un auto de apellido "Sport".

De contenido, el Tucson Sport ofrece climatizador dual, procesador digital de audio Arkamys (que hay que ecualizarlo un poco para que tenga buen sonido), soporte para Apple CarPlay, Android Auto y Bluetooth, encendido automático de luces, espejos exteriores calefaccionados y abatibles eléctricamente, control crucero, asiento del conductor eléctrico, Smart Key con botón de encendido y guantera refrigerada, entre lo principal. A esto se le suman seis airbags, frenos ABS, anclajes ISOFIX, control de estabilidad, asistente para arranque en pendiente, control de descenso, sensores y cámara de estacionamiento.

Como ven, es un equipamiento "full", sin nada muy llamativo, pero para ser justos, revisando a todos los modelos de la competencia que se acercan a los 20 millones de pesos, la verdad es que el equipamiento es muy similar, puesto que ninguno trae asistencias a la seguridad y relegan la mayoría de los chiches a las versiones más altas, que ya se acercan a los 23-24 millones; si, los autos están muy caros y a veces lo obviamos.

Pasando a la habitabilidad, la verdad que es muy difícil sentirse incomodo en un SUV del segmento C. Tucson, no es la excepción, aunque quizás los asientos delanteros son algo ajustados (o yo debería perder algo de peso también). Hay espacio de sobra para piernas y cabeza. Incluso, puedes reclinar un poco el asiento trasero, en caso de que te faltara algo de espacio o quisieras ir más acostado.

Lo más relevante en este review del Tucson, es el motor. Hablamos de un propulsor 1.6 T-GDi, similar al que lleva el Veloster Turbo, pero con 177 Hp y 265 Nm de torque, asociado a una caja automática de doble embrague y siete velocidades (con modos de manejo).

De buenas a primeras, comentaré que este motor no me pareció muy interesante los primeros días de prueba y hasta declaré en redes sociales que sencillamente "no me calentaba". Sin embargo, tuve la chance de llevarlo a una ruta un poco más entretenida y resulta que recién ahí, el motor comenzó a mostrarse y a desenvolverse de mejor manera, en especial si la llevamos entre las tres mil y cuatro mil vueltas del motor, apuntando curvas, a lo que ayuda mucho también la dirección, con el volante más corto y de reacciones equilibradas, si bien con la clásica falta de tacto de los sistemas con asistencia eléctrica. Cuando se carga un poco de lado a lado, puedes sentir mejor lo que hace el tren delantero.

Los modos de manejo, le hacen bien al auto, logrando personalidades definidas. Esto es importante, puesto que, para muchas marcas, los modos de manejo terminan siendo un mero cliché y finalmente no aportan mucho, pero aquí funcionan y se adaptan muy bien al perfil de Tucson; Eco, mantiene a raya nuestros impulsos con el pedal del acelerador y hace que la caja pase más rápido los cambios, mientras que, por otro lado, el modo Sport hace todo más reactivo y permite aguantar mucho más las marchas, pero sin ser un modo innecesariamente agresivo. 

La caja DSG no es de cambios centelleantes, pero es obediente. Le lloran unas paletas tras el volante para ir jugando más.

Pero fuera de la economía, el propulsor me parece muy interesante y un añadido bastante positivo en este rango de precios. Toyota ofrece un motor 2.5 en la Rav4, Mazda tiene un 2.0 pero con tracción AWD y Peugeot probablemente es la única marca que juega en una linea similar a la de Hyundai. Este motor 1.6 es más efectivo y más económico que el 2.0 bencinero, pero no es el mejor motor que tiene Tucson, un 2.0 Turbodiésel con 182 Hp y 400 Nm de torque, claro que sin la caja DSG, pero con mejores consumos y cifras. Si dependiera de nosotros, nos quedaríamos solo con los motores Turbo.

Como buen SUV tiende a cargarse o a cabecear. Nos parece adecuado su movimiento, considerando que sus pretensiones son más bien urbanas. La llanta de 19" hace que el perfil del neumático sea poco, lo que ayuda en el look, pero no mucho en como enfrenta baches o las irregularidades del camino; se siente algo de aspereza.

La nueva Hyundai Tucson Turbo añade un atractivo interesante a la mesa, que es esta combinación de motor/caja que le confiere un manejo mucho más deportivo y reactivo. Este es el gran valor añadido que tiene este modelo para estar en los 20 millones de pesos, considerando que un Mazda CX-5 tiene AWD y una calidad percibida más alta, o que un Peugeot 3008 tiene un cuadro de instrumentos digital y un diseño de altísima vanguardia, o que modelos un poco más grandes como la Toyota Rav4 se hayan renovado por completo. Algo tenía que hacer Hyundai para no perder pisada en este segmento, donde le queda poco ya a esta generación. 

Si me preguntan a mí, en un principio se me hacia la idea que el Tucson Turbo Limited era una mejor opción de compra, pero después de dejar reposando un poco la evaluación, la verdad es que es todo lo contrario y es esta versión Sport la más atractiva, puesto que por 23-24 millones de pesos, la competencia se come por completo a la versión Limited, sin considerar que comienza a aparecer la Santa Fe. Y considerando que, en el tramo de los 20 millones, sus rivales tampoco ofrecen tantos chiches, Hyundai aún tiene para defenderse en el segmento, con un modelo que se sabe, ya no deslumbra tanto como cuando se lanzó, pero que aún cumple correctamente con todo lo que se le pide.

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