Después de más de 60 años de producción continua, Bentley da por terminada la producción del legendario motor V8 de 6.75 litros (6¾ litros).
Exactamente, fueron 61 años los que Bentley fabricó este motor con la misma configuración que la primera versión de 1959, y se despide formando parte de la última unidad del Mulsanne 6.75 Edition.
Al mismo tiempo de decir adiós este motor, Bentley también da por terminada la era del Mulsanne a través del 6.75 Edition con una producción limitada de 30 unidades.
Ahora, tras la jubilación de este motor Bentley tendrá una gama de motores comprendida por los ya conocidos W12 y el V8 de 4.0 litros, así como el nuevo sistema híbrido con motor V6.
Diseñado por un equipo de ingenieros de Bentley en la década de 1950 para ofrecer un cambio radical en el rendimiento, el V8 de la L-Series debutó en S2 1959, desarrollando 180 hp.
Con el paso de los años, este bloque ha sufrido una serie de mejoras en el diseño, en la turboalimentación (primero simple, luego doble), en los sistemas de control electrónico, en la inyección de combustible y en la sincronización variable de válvulas.
Todo esto ha hecho que de que la potencia sea casi tres veces mayor a la de hace seis décadas, al ofrecer 530 hp y 1100 Nm de torque.
Algo que también es de llamar la atención de este legendario motor, es que los 36.000 bloques construidos durante sus 61 años de existencia, todos fueron ensamblados a mano en los talleres de Bentley en Crewe, Reino Unido.
A pesar de las innovaciones, el V8 actual requería de más de 15 horas para construcción. Una vez completado, y después de pruebas exhaustivas, el motor es firmado por uno de los especialistas en motores de Bentley, como lo ha sido durante décadas, con una placa que indica su rúbrica pegada en la parte delantera del motor.