Una de las grandes trabas de la venta masiva de vehículos eléctricos es su costo, generado principalmente por el desarrollo de las baterías, elemento fundamental en el proceso de propulsión de los modelos amigables con el medio ambiente y que representan entre el 25% y el 40% del costo total de los autos.
Gracias al rápido avance de la industria automotriz eléctrica, en los últimos años el descenso del precio de las baterías ha sido sostenido, algo que por lo pronto parece no tener piso. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el costo de las baterías de litio en 2010 era de 1.182 dólares por kWh, mientras que en 2016 descendió a los 293,4 dólares. Para 2019, el precio continuó bajando hasta los 156 dólares por kWh.
La IEA no presentó el valor correspondiente a 2020, pero gracias a un estudio anual de Bloomberg New Energy Finance, el costo de las baterías habría descendido este año un 13% adicional. De esta manera, el precio llegaría a los US$136, lo que representaría una caída mayor al 50% con respecto a cuatro años atrás.
¿Por qué cae el precio de las baterías?
La llegada de casi todos los fabricantes automotrices al mercado de vehículos 100% eléctricos y las grandes inversiones que realizan son las principales causas del descenso en los costos de fabricación y desarrollo de las baterías, lo que impacta directamente en el valor del vehículo.
El cambio producido en la última década y principalmente en los últimos cuatro años permite pensar que el valor de los vehículos eléctricos podría llegar a ser similar al de los impulsados por motores de combustión para 2024, tal como sostuvo un informe llevado a cabo por UBS, que además señala que en 2022 el costo de las baterías será menor a los US$100 por kWh.