Cada firma automotriz ha tenido un aporte específico dentro de la industria, pero pocas son las que han dejado huella en la propia historia mundial. En Bentley nos pueden contar un sinfín de anécdotas y pasajes en su andar.
A pesar de que Crewe es hoy el hogar de Bentley, todo el pasado de la marca se forjó en Cricklewood y luego, en aquel periodo que Rolls-Royce adquirió Bentley, en Derby. Durante la segunda guerra mundial, Rolls-Royce buscó hacerse de un lugar seguro para montar una fábrica "secreta" (más que secreta, en realidad era "camuflada") que le permitiera ensamblar los motores de los aviones Merlin, siendo ese lugar, un campo de cosecha de papas, donde hoy están las actuales instalaciones de Bentley en Crewe. Tras el fin de la guerra, se hizo el cambio: Rolls-Royce se llevó la manufactura de motores de aviones a Derby y le dejó a Bentley los talleres de Crewe.
El Mark V, el último auto de la era de Derby, se exhibe afuera de la planta de Crewe.
Han pasado 75 años desde que Bentley comenzó a fabricar automóviles en ese mismo sitio, apuntando siempre al súper lujo automotriz. De hecho, el Mark VI, cuya evolución llegó a principios de la década de los cincuenta, significó el gran comienzo, pues hasta la fecha se posiciona como uno de los más vendidos de la marca.
Fue en 1946, en plena época de la postguerra, cuando salió de la planta de Crewe, el Mark VI, un auto con carrocería de acero prensado que empleaba un motor de seis cilindros en línea de 4.3 litros. Lo importante del Mark VI, es que fue el regreso de Bentley a fabricar una carrocería propia para exportación. Vale señalar que durante un breve periodo de la post-guerra, Bentley (y Rolls-Royce) no tenían la capacidad de armar sus propias carrocerías, así que solo se dedicaban a vender chasis completos, funcionales, con suspensión, motores, ruedas y una consola, para que luego, cada dueño lo llevara al carrocero de su preferencia y le montara su propia estructura personalizada. Uno de esos carroceros, fue Mulliner, que como puedes interpretar, es hoy, la división de personalización de la marca británica.
Durante estos 75 años, 197.086 autos de lujo (el 97% de la producción de Bentley en Crewe) ha sido fabricada artesanalmente, una cifra increible, considerando que 38.933 unidades se fabricaron antes de los modelos más modernos, como el Continental GT o el Bentayga. Además, el 84% de todos los autos fabricados en Crewe para el mercado ingles, estan aun en las calles.
Otro parteaguas para Bentley a lo largo de estos 75 años fue su incorporación al emporio de Volkswagen en 1998, lo cual catapultó a los británicos hacia la evolución mediática, financiera y tecnológica. El mejor ejemplo se encuentra en la propia planta de Crewe, la cual actualmente produce 85 vehículos al día con una huella de carbono totalmente neutra; hace veinte años, la marca producía esa misma cantidad de autos durante un mes y con una mancha contaminante mucho más considerable.