A principios de 2021, Peugeot actualizó en Chile el 3008 y 5008, dos de los modelos que le ha permitido a la marca posicionarse cómodamente en el Top 5 de ventas en el país. Y si bien sabemos que ambos SUV son prácticamente hermanos, nacidos de la misma plataforma EMP2 del Grupo Stellantis, encontramos una cantidad de similitudes abismales, siendo sólo unos pocos los elementos que llevan que su madre pueda reconocerlos por sus propios nombres.
En este artículo te contaremos algo sobre esas diferencias, para que puedas elegir con más información tu próximo SUV del león. Y ojo, que las diferencias son algo más que la cantidad de asientos disponibles: 5 en el caso del 3008 y 7 en el 5008.
De cualquier manera, si quieres conoces en profundidad las versiones y equipamientos de cada uno de los modelos, puedes entrar a nuestro catálogo en ww.autocosmos.cl.
Las mecánicas
Partamos de la base que para esta comparativa nos tocaron motores diferentes en cada modelo. El 3008 monta un cuatro cilindros turbodiésel de la familia BlueHDi, el 1.5 de 130 Hp y 300 Nm, asociado a una caja automática de 8 (también se ofrece con caja manual), mientras que el 5008 estaba equipado con un gasolinero de cuatro cilindros de la familia PureTech, el 1.6 litros turbo con 180 Hp y 250 Nm, con la misma caja de 8.
Sin embargo, ambos modelos comparten muchos de los eficientes trenes motrices que Stellantis ha desarrollado en el último tiempo. Por ejemplo, ambos motores mencionados se ofrecen en ambos modelos. También disponible en ambos autos está el gasolinero THP de cuatro cilindros y 1.6 litros con 165 Hp y 240 Nm, eso sí, con caja de seis (por si no recuerdas, un desarrollo conjunto con BMW). Y en el caso del 3008, hay disponible un motor de entrada PureTech de tres cilindros y 1.2 litros, con 130 Hp y 230 Nm, acoplado exclusivamente a una caja manual.
La aceleración de ambos modelos es esperablemente lenta, sobre todo el 3008 que usa el motor más anémico en esta prueba que le permite alcanzar los 100 km/h en apenas 11,5 segundos. Es un auto que no es para nada chico y liviano (4,45 m de largo y 1.429 kg de peso), se nota pese al buen par disponible, al motor le cuesta sacarlo adelante con agilidad. Eso sí, mejora en un rango medio de uso y en general la caja lo gestiona pensando en la eficiencia más que en el empuje directo.
Si bien el 5008 es movido por un motor un poco más saludable, cae más en la categoría de “justo” que de "deportivo" (8,3 segundos de 0 a 100 kms por hora). Si bien es sólo 20 cms más largo, su peso en vacío es alrededor de 100 kilos más que el de su mellizo (1.536 k). En cualquier caso, ambos son autos familiares de paseo por lo que creo que menos del 1% de sus usuarios los usará para hacer piques de cuarto de milla.
Lo que en este tipo de autos importa más es la eficiencia, un punto clave en la historia de Peugeot. Si bien nuestra prueba no nos permitió ofrecerte una cifra real de consumo, por experiencia sabemos que los BlueHDi son altamente eficientes, con una media urbana moderna que no debería andar por debajo de los 15 kilómetros por litro, lo que es muy bueno para un SUV como el 3008. En el caso de PureTech de 180, claramente consumirá más que el diésel, pero también por experiencia sabemos que unos 12 km/litro en ciudad podría dar (los dio en un DS 7 Crossback), y eso lo pondría por encima de varios SUV de este segmento. De todas formas la marca habla de 23,1 km/litro para el 1.5 petrolero del 3008 y 15,5 km/litro para el 1.6 bencinero del 5008 pero, como siempre, va a depender del estilo de conducción de cada usuario.
Ambos modelos cuentan con distintos modos de manejo: Sport, Normal, Eco, Arena, Barro y Nieve. No confundirse, ya que recordemos que ambos tienen sólo tracción delantera, por lo que estos últimos tres modos son administrados electrónicamente mediante la magia que pueda hacer el sistema Grip Control de Peugeot con las ruedas frontales. Pero olvídese si cree que en algo se asemeja a un sistema AWD. Lejos de eso.
La estética
Dado que estos modelos sólo fueron sometidos a una “manito de gato” respecto a sus versiones del 2017, los cambios son más bien estéticos que funcionales. Teniendo en cuenta el super-poblado segmento en el cual se encuentran (Segmento C), es entendible y necesario que Peugeot revise algunas de sus variables para mantenerse vigente.
Exteriormente, los cambios más relevantes en ambos modelos son, sin duda, esta especie de proyección de la parrilla frontal hacia sus lados, con un efecto tipo degradado, a punto de tocar los colmillos que se diseñaron utilizando las luces diurnas del auto. Además, cuenta con nuevos focos principales y con la denominada “Peugeot Full LED Technology”, que por supuesto no está disponible de serie sino que sólo en las variantes GT.
Este frente ya un poco sobrecargado es contaminado por dos grandes tapas plásticas verticales a cada lado que, imagino, la idea era que fueran como tomas de aire, pero que en este caso no dirigen el aire a ningún lado. También en el frente se incorpora el texto “3008” y “5008” con un nuevo tipo de letra, eso sí, sin mostrar el nuevo logo Peugeot que debutará en el próximo 308. En este caso, está rematado por un gran logo del clásico León, que tiene sus días contados.
En la zaga, lo único que vale la pena mencionar son las atractivas luces traseras que se dividen internamente en tres láminas transparentes que, al prenderse, proyectan la iluminación necesaria. Es un bonito efecto. A esto se suman ya la instalada tendencia de los escapes mentirosos, diseñados para verse bien por medio de embellecedores plásticos, pero de los que no sale ni un susurro. El 5008 se distingue de su hermano, principalmente, por su angular maletero que permite ampliar el espacio interior, y que le hace perder parte de la aerodinámica que sí tiene la línea de techo de su hermano menor.
Como ya es un “must” en el segmenteo, la puerta del maletero tiene la función de apertura con movimiento del pie, para cuando uno viene cargado como mula y no tiene cómo abrir la maleta. La respuesta es algo lenta, pero al menos funciona a la primera, a diferencia de otros modelos en que por más que uno patalee como loco no pasa nada.
Otra diferencia del 5008 respecto del 3008 es que, dado que el primero tiene 3 corridas de asientos, la rueda de repuesto (de uso temporal) está puesta por fuera bajo la maleta, a diferencia del 3008, que se guarda en un compartimento dentro de esta.
Tanto 3008 como 5008 tienen una clara identidad de marca y con los cambios se ven modenros y actualizados. Mientras el primero tiene una silueta más atractiva y deportiva (si existe eso en un SUV), el 5008 es más "largo", con una caída casi vertical atrás, y se ve más familiar. Si no es de forma categórica, estos pequeños cambios marcan territorio en cuanto a que Peugeot quiere mantenerse como uno de los estudiantes mateos del curso.
El habitáculo
Interiormente, hay varias cosas que llaman la atención en ambos SUV, siempre relacionadas más a las curiosidades y nuevas tendencias. Y si bien el diseño interior es idéntico en ambos modelos, la diferencia fundamental es el tamaño del habitáculo.
Y es que aunque tengan los mismos huesos, el 5008 se sometió a una cirugía de extensión para poder dar espacio a dos ocupantes adicionales en una tercera corrida de asientos, aunque estos deban ser niños o Hobbits. Yo mido 1.83 m, y al estar sentado en la tercera corrida, no pude fijar en posición vertical el respaldo del puesto de adelante ya que chocaba con mis rodillas, no mi guata. El acceso a esta corrida es fácil, pero una vez sentados y queramos salir, necesitaremos ayuda para que alguien abata el asiento delantero y así poder escapar.
El 5008 es 19,5 cms más largo que el 3008 y su distancia entre ejes es 16,5 cms mayor, además de ser 22 cms más alto, lo que se nota en su capacidad total de carga: 780 litros vs 591 litros. Eso sí, la capacidad señalada para el 5008 se aplica con los asientos de la tercera corrida abatidos.
Ambos tienen la opción de plegar los asientos traseros y el asiento del copiloto, pudiendo dejar un espacio interior del tamaño de un potrero. El 5008 viene, además, con bandejas plegables en los respaldos de los asientos delanteros, y además incorpora cortinillas manuales en las ventanas de la segunda fila.
Me gusta que el tablero sea totalmente digital (que Peugeot llama i-Cockpit). Tiene buena resolución y es bastante configurable, pudiendo ordenar la información según lo que quiero mostrar: minimalista, según perfil creado por un usuario en particular, enfocado en el mapa a de navegación, etc.
Dentro de la opción de la vista configurable del tablero según tipo de perfil, incluso uno puede incorporar la medición de las fuerzas G, para todos aquellos que lo necesiten cuando den una vuelta por Nürburgring. Se agradece el buen tamaño del plano de navegación en el tablero principal, abarcando gran parte de este, sobre todo utilizando la aplicación Waze ya sea en Apple CarPlay o en Android Auto. Llama la atención que el tacómetro está al revés, levantando la aguja contra reloj.
La pantalla central también ofrece bastantes opciones, destacando la perilla para el volumen física, que nos evita el tener que estar tocando la pantalla a cada rato. No pasa lo mismo con el climatizador, que sí se maneja sólo mediante el tacto. Pero dado que justo abajo tiene botones de atajo hacia ciertas funciones, no es algo de extrema gravedad.
A pesar del nuevo aire entregado a ambos modelos, la resolución de las imágenes de la cámara de retroceso tiene la misma calidad de un Game Boy, esto es muy baja. En este punto queda muy por detrás de varios modelos de la competencia.
La materialidad y sensación de buen ensamble están más inclinado a su favor y los famosos plásticos blandos (que normalmente calificamos como los de buena calidad) llegan hasta más menos la línea del volante. De ahí hacia abajo vuelven a aparecer los clásicos plásticos duros. Si bien el interior tiene un grado de sobrecargado en la cantidad de elementos y distintos materiales, se logra mantener una línea general simple y coherente en el recorrido horizontal de la cabina, rematado por esta especie de gamuza que creo está al límite de la siutiquería. De más está decir que sobre gustos no hay nada escrito.
Otras amenidades destacables del interior son los asientos con masajes, configurables a través de la pantalla, pudiendo elegir hasta un tipo de masaje llamado “Garra de Gatito”. También encontramos un generoso compartimento central (bajo el apoyabrazos) con refrigeración y un gigantesco Moonroof, con apertura automática tanto del vidrio como de la tela que lo cubre, rematado por luces de ambiente perimetrales.
La posición de manejo es fácil de encontrar. Personalmente quedo con buen espacio libre sobre la cabeza y el punto de visión es alto, con buena visibilidad general. La única observación va más por el lado de la funcionalidad del i-Cockpit. Y es al tener un volante plano tanto por arriba como por abajo, encontrar el punto preciso para ver el marcador digital no es problema, pero al girar el volante nos suele tapar parte de la pantalla. Son las fallas del i-Cockpit de las que ya hemos hablado por montón en Autocosmos.
Conclusiones
La actualización para ambos modelos entrega más que nada ajustes tecnológicos y pequeños detalles en sus diseños, además de la eliminación del motor 2.0 BlueHDi (de 180 HP). Ambos modelos son producidos en Francia y tienen precios algo más alto que sus competidores.
La elección de uno sobre el otro va a depender, creo yo, principalmente del espacio tanto para ocupantes como para carga que se necesiten. Si bien no necesariamente sacrificaría el 5008 sólo por no necesitar 7 asientos, sí creo que la variable principal a favor de éste sobre el 3008 es el espacio interior, que es bastante mayor según señalamos anteriormente. Además de esto puede ser también un factor de preferencia el diseño exterior. Ambos son muy parecidos pero sus partes traseras tienen personalidades propias, aunque dentro de la misma familia.
La sensación de manejo es prácticamente igual, teniendo más de inclinación de la carrocería al dar giros un poco más bruscos de lo normal en el 5008. Esto es esperable dado que la masa de este modelo es algo mayor que el del 3008, además de tener un punto de gravedad más alto.
Los valores de cada uno creo que no llegan a afectar la toma decisión dado que se diferencian por muy poco. El modelo 3008 probado tiene un precio de lista de $27.590.000 y el 5008 cuesta $28.190.000. Ambos precios son los disponibles al momento de la realización de la presente prueba. Son precios que a primeras parecen muy altos, pero acordes con la propuesta de valor de Peugeot en ambas versiones tope de línea, y además en línea con la evolución de precios en el mercado actual.