Se sabe que en las subastas de autos clásicos, los Ferrari suelen ser los modelos más demandados y los que mayores valores alcanzan. Sin ir más lejos, un 250 GTO fue subastado en 2018 por US$ 48.405.000 millones de dólares, siendo hasta ahora el auto con el precio más alto pagado en una subasta.
Pues bien, este título puede caer este mismo año y en manos de otro Ferrari 250 GTO, aunque este último tiene una historia especial, según consigna la casa RM Sotherby's, que el 13 de noviembre liderará la subasta de este modelo en Nueva York.
Fotos: RM Sotherby's y Motorsport.
Este Ferrari 250 GTO Tipo 1962 con el número de chasis 3765 es el único GTO que estaba equipado de origen con un motor V12 de 4 litros, siendo además una de 34 unidades construidas con la carrocería 1962. Las razones del uso de este motor en lugar del V12 3.0 del resto de las unidades GTO, es el cambio en el reglamento del ACO para ese año, que permitió una nueva clase de cuatro litros en las 24 Horas de Le Mans, regla que fue replicada en otras afamadas carreras como Sebring, Nürburgring y Targa Florio.
El motor fue construido con la arquitectura de estilo Colombo pero con una cilindrada aumentada a casi cuatro litros, y en esta versión en particular se convirtió a lubricación por cárter seco y se ajustaron carburadores y árboles de levas especiales.
Con un acabado en pintura Rosso Cina, este chasis fue el único GTO que fue corrido por la Scuderia Ferrari en lugar de venderlo a pilotos privados. Debutó en los 1.000 km de Nürburgring el 27 de mayo, con los pilotos oficiales Mike Parkes y Willy Mairesse, quienes obtuvieron la victoria en su clase y el segundo puesto en la general.
El auto número 7 liderando las 24 Horas de Le Mans tras la largada.
Inmediatamente fue preparado para las 24 Horas de Le Mans, instalando un motor más potente que genera alrededor de 390 caballos de fuerza y agregando pequeñas luces de conducción debajo de los intermitentes en los guardabarros. Sin embargo, el motor se sobrecalentaba durante la carrera y apenas acabó cuarto.
Después de esta experiencia, Ferrari devolvió el vehículo a las especificaciones estándar 250 GTO con el motor de tres litros y lo vendió a un privado, quien lo utilizó en algunas carreras en Italia. Después de pasar por varios propietarios, fue adquirido por un cliente estadounidense en 1985, quien lo usó para carreras de autos clásicos y lo presentó en algunos concursos de elegancia, siendo elegido el Best-of-Show en el Amelia Island Concours de 2011.
Una joya que seguramente pasará a la historia como el auto más caro del mundo, al menos que se haya vendido en una subasta.