A Porsche le ha quedado gustando Chile después de montar su propia planta de eFuels en Punta Arenas. Vinieron de expedición con dos Cayenne clásicas y también vinieron a explorar el volcán Ojos del Salado, superando los 6.000 metros.
Sin embargo, este año no solo vinieron para superar esa meta, sino que a conquistar un récord mundial. Hasta el 2 de diciembre, lo más alto que había llegado un automóvil fueron 6.694 metros de altura, un récord obtenido en 2020 por Mercedes-Benz con dos camiones Unimog, igualmente en Ojos del Salado.
Ahora, no debemos quitarle mérito a la hazaña de Mercedes-Benz, puesto que la misión de los Unimog no era tan solo el récord, sino que asistir en la instalación de cuatro estaciones de radio. Ojo, que Mercedes-Benz también tenía el record del 2014, realizado en un camión Zetros.
Ya, pero volvamos a Porsche
El encargado de hacerse con el récord, en la cima de la cresta oeste del volcán, no es otro más que Romain Dumas, un piloto que no le teme a nada y que ya se ha hecho con otros récords importantes, sin contar que ha ganado Le Mans tres veces. Dumas lo logró a bordo de un Porsche 911 muy modificado (tal como el que llegó el 2022) pero impulsado por combustibles sintéticos. Fue apoyado por un equipo internacional compuesto por miembros de Chile, Francia, Alemania, Estados Unidos, Canadá y Suiza.
Las condiciones fueron riesgosas, en especial la falta de aire y temperaturas de 20 grados bajo cero.
Lo que se dijo
"Nunca olvidaré esta experiencia. Fue una sensación extraordinaria conducir donde ningún automóvil ha estado antes", dijo Romain Dumas poco después de descender del volcán. "El 911 logró ir más alto que cualquier otro vehículo terrestre en la historia. Alcanzamos un punto donde nos encontramos con la verdadera cumbre de la cresta oeste, no pudimos ir más alto. Por lo tanto, esta fue realmente la altitud máxima que se puede alcanzar. Un momento de orgullo para todo el equipo, y estamos agradecidos por el apoyo y la confianza de todos nuestros socios, cada uno de los cuales hizo esto posible".
"Felicitaciones a todo el equipo, un logro notable e inspirador", dijo el Dr. Frank Walliser, Vicepresidente de Arquitectura y Características de Vehículos Completos en Porsche AG. "Este proyecto comenzó como un 'qué pasaría si' y estoy muy orgulloso de trabajar para una empresa que realmente cree en empujar los límites y aprender explorando. Los dos modelos 911 utilizados en esta expedición funcionaron con eFuels, que se producen en la planta piloto HIF "Haru Oni" en Punta Arenas, que fue iniciada por nosotros, y se mezclan según las regulaciones de combustible actualmente aplicables".
"Estamos emocionados con este resultado y de haber sido parte de este equipo cercano y apasionado que trabajó en un proyecto tan especial", dijo Clara Bowman, COO de HIF Global. "Esta es una demostración rotunda de la capacidad de los eFuels sintéticos de HIF Global, que funcionan en las condiciones más extremas y exigentes imaginables. Establecer un nuevo récord después de tanto tiempo es un logro impresionante".
Doris y Edith, los Porsche 911
La expedición utilizó dos 911 Carrera 4S significativamente modificados por RD Limited y Porsche, los cuales contaron con el apoyo de HIF Global, Schaeffler Group, Mobil 1, BFGoodrich y TAG Heuer.
Se fabricaron dos variantes, apodadas "Doris" y "Edith". Este último fue "el auto del récord", puesto que era más liviano y ágil para que Dumas pudiera conducirlo con todas las ventajas a su favor. El modelo conservó su motor bóxer de tres litros y 443 Hp completamente original, al igual que la caja manual de siete velocidades. Ambos modelos equipaban butacas de fibra de carbono, arneses de seguridad y ejes portales para elevar el despeje a 350 mm, los mismos que también, por su desmultiplicación ayudaron a mejorar la dosificación de potencia en baja velocidad. El chasis se protegió con planchas de fibra de aramida, para permitir el deslizamiento sobre rocas.
Sin embargo, "Edith" contaba con un truco especial proporcionado por el Schaeffler Group, llamado Space Drive, que es un sistema de dirección "by wire" que un podría creer que es menos preciso que un sistema tradicional, pero se concibió para poder dar más precisión y retroalimentación a Dumas durante el tortuoso ascenso.
El desafío
A lo largo de la expedición, el proyecto extremó medidas en cuanto a la seguridad. El equipo tardó dos semanas en aclimatarse lentamente a las altitudes, ganando altura día tras día. Los autos no tuvieron tales dificultades: los sistemas estándar en el 911 detectaron el aire más delgado y ajustaron el suministro de combustible en consecuencia, lo que maximizó el rendimiento. Los expedicionistas monitorearon de cerca no solo su altitud, sino también su frecuencia cardíaca, patrones de sueño y quema de calorías a través de relojes inteligentes conectados, proporcionados por Tag Heuer. Esto fue supervisado por dos médicos que formaban parte del equipo debido a la lejanía del lugar y al riesgo siempre presente de mal de altura y otros riesgos para la salud provocados por la mezcla de aire delgado y temperaturas heladas.
A diferencia de 2022, el equipo encontró relativamente poca nieve en los niveles más altos del volcán, pero el desafío seguía siendo igual de duro. El 911 atravesó la grava profunda y la ceniza volcánica que forma las pendientes sin mayores problemas técnicos.
El ascenso hacia la cima ocurrió el sábado 2 de diciembre, con el equipo partiendo a las 03:30 hora local. A las 15:58, se había alcanzado la cima y el final del viaje.
¿El nuevo record mundial? 6.734 metros sobre el nivel del mar, 1.934 metros más allá de la cima del Mont Blanc como referencia.
