Los escándalos que involucran a los motores diésel son cada vez más frecuentes, y se van sumando cada vez más marcas. Unos días después de que se sumara Cummins al Dieselgate, apareció un nuevo fraude de Toyota.
Hace poco, se anunció que se cerrarían las plantas de Daihatsu por falsificaciones en las pruebas de seguridad en los últimos 30 años, y ahora Toyota suma otro fraude que afecta a los modelos diésel de la marca y sus asociadas.
El problema abarca a los motores 2GD (2.4 TD), 1GD (2.8 TD) y F33A (3.3 V6 Bi TD); los dos primeros son los que equipan las Hilux, SW4 / Fortuner y Hiace, y el último es el que impulsa a la Land Cruiser y Lexus LX. Las falsificaciones se dieron en las pruebas, pero a diferencia del "Diéselgate", no fueron por emisiones, sino por irregularidades en las cifras de potencia.
Las falsificaciones se llevaron a cabo por Toyota Industries Corporation (TICO), los encargados del desarrollo de los motores, y consistieron en manipular la unidad de control electrónico (ECU) y ponerle un software diferente al de los vehículos finales, con el objetivo de “suavizar la curva de potencia y torque”.
Toyota en Argentina
Consultada por Autocosmos (considerando que es la planta que alimenta a Chile de camionetas Hilux) estas son las palabras oficiales que respondió Toyota Argentina: "Este problema no afecta a ningún vehículo producido y/o comercializado en Argentina. Este asunto está relacionado con irregularidades en el proceso de certificación en base a los requerimientos locales en ciertos países, pero no tienen ningún impacto en la potencia, el torque u otros valores reales relacionados con el tren motriz del vehículo. Además, estas irregularidades no comprometen las emisiones o la seguridad de los vehículos."
En Argentina, aún no se sabe si el escándalo afectará a las Hilux y SW4 nacionales, pero en Japón se suspendieron las ventas de estos modelos afectados. Tampoco se sabe la cantidad exacta de unidades involucradas, pero un vocero de Toyota informó que todos los meses se usan 36.000 motores “afectados” en todo el mundo, que equivale a 432.000 unidades por año.
Akio Toyoda sale al frente
Aunque el heredero de Toyoda no es el CEO de la compañia, sigue siendo parte del directorio de la empresa de su familia y ha salido directamente a disculparse públicamente, con fuertes reverencias y haciendo alusión a que la visión de Toyota sigue estando enraizada a las ideas del "genba", o sea, al feedback de los obreros de planta, todo para "hacer buenos autos que lleven a personas más felices", según lo que dice Associated Press.
En algunos medios se ha replicado la misma evaluación que desató el escándalo de Daihatsu hace unos meses, que tiene que ver en como cargos más altos han hecho oidos sordos de los equipos de planta, buscando cumplir metas a toda costa.
