CUPRA es una marca nacida de SEAT en 2018, eso ya lo sabemos. Y su primero modelo no intentó ocultar su origen. Es que el Ateca es un SUV nacido para SEAT que mantiene incluso el nombre en su nueva casa, pese a que la conversión realizada impresiona por lo bien lograda. La nueva marca aprovecho un SUV bien concebido para darle su impronta deportiva y mucho más premium.
Y así nace el primer CUPRA, un SUV compacto deportivo capaz de convencer a quienes creen que se trata sólo de un SEAT encarecido. Pues no. Desde ya les digo que el SEAT Ateca y el CUPRA Ateca son dos vehículos totalmente distintos, pese a que coincidan en el nombre.
Este modelo se actualizó en 2021 y, junto con el Formentor, aterrizó en Chile en 2022 con el inicio comercial de la nueva marca, en versión única y a un precio de $42.990.000 (abril de 2023). Viajamos hasta Barcelona para manejarlo primero por la ciudad, luego en las carreteras de montaña de los Pirineos, y finalmente por las autopistas que conectan España con Francia. Y tras casi 800 kilómetros de prueba, les garantizo que la experiencia valió la pena.
CUPRA Ateca: el exterior
Partamos de afuera hacia adentro. El Ateca no puede desconocer su origen SEAT, porque ambos SUV son casi iguales en dimensiones, silueta y estéticas general. Pero los cambios introducidos por CUPRA son muy llamativos y le dan esa imagen moderna, juvenil y deportiva que quieren en Martorell, sede de ambas firmas españolas.
El frontal completo es específico para CUPRA, incluyendo un paragolpes más agresivo y la ya clásica parrilla con diseño de panal de abeja en color negro brillante, dentro de un marco de aluminio mate. Ahí destaca el logo de la marca en un tono cobrizo, que es el color de CUPRA.
Los faros son Full LED, como debe ser en una marca que cobra caro por sus autos, cuenta con una llave fabricada en un símil fibra de carbono, y como detalle, hay proyectores lumínicos que reflejan el logo sobre el suelo.
En general hay una estética CUPRA bien definida que nació con el Ateca y se ha extendido al resto de la gama. Incluye muchos detalles en aluminio oscuro, como los mandos de las ventanillas, las carcasas de los espejos, el difusor trasero, los rieles de techo y la palabra CUPRA sobre el portalón. Y el contraste con detalles en color cobre que le da un look muy agresivo.
En la zaga hay un paragolpes muy deportivo (con difusor incluido), con el añadido de cuatro salidas de escape Akrapovic agrupadas dos a cada lado, y llantas de 19 pulgadas con los cálipers en color cobre a la vista (que son Brembo dependiendo de la versión).
El Ateca, como dijimos, es un SUV compacto que mide 4.386 mm de largo, 1.841 mm de ancho y 1.613 mm de alto, con 2.630 mm entre los ejes, medidas similares al SEAT Ateca. El maletero es amplio, 485 litros de capacidad.
CUPRA Ateca: impresiones del interior
La sensación de que estamos en un modelo con claro enfoque deportivo se siente de inmediato en la cabina del CUPRA Ateca, pero no sólo eso, sino que se percibe de gama alta, pese a que el diseño es muy similar al de su hermano SEAT.
Vale decir que CUPRA busca posicionarse entre las marcas generalistas y las premium, con una apuesta por el diseño moderno y la deportividad. Y si esa es la teoría, la práctica con este auto acierta. Apenas se abren los seguros se proyecta sobre el suelo el logo de la marca, y cuando se abren las puertas se ilumina en el zócalo la palabra CUPRA. Todo de calidad.
Y la materialidad es exquisita. El Alcántara es el material predominante en el habitáculo (también hay tapiz de cuero disponible), y está contrastado con costuras a la vista en color cobre. Para marca diferencias con SEAT, la palabra CUPRA está bordada en los cabezales.
En las puertas y tablero, en tanto, se utiliza un muy elegante símil de fibra de carbono, y sí, hay algunos plásticos duros al tacto, pero están más bien escondidos.
Uno de los puntos propios es el volante de clara orientación deportiva, que cuenta con dos llamativos botones. El primero es para arrancar el motor, una posición al menos extraña; el segundo lleva el logo CUPRA y activamos los modos de manejo, que son 6: confort, sport, CUPRA, individual, nieve y off-road.
En el tablero hay una pantalla táctil de gran tamaño (9,2”) para el sistema Navi System Plus, que no es del todo amigable. Requiere de práctica y conocimiento, y eso no es bueno. Esto se combina con los marcadores digitales de 10,25”, que además de personalizables, ofrece una gráfica muy deportiva y un modo donde es el tacómetro es el que manda (como en los autos de carrera).
Todo se maneja desde el mando giratorio instalado en la consola central, incluyendo los seis modos de manejo ya mencionados.
Hay disponibles como opción unos asientos tipo buckets duros. No los probamos en el Ateca, sino en el Formentor, y no son recomendables en absoluto. Son demasiado duros, ajustados y cansadores, especialmente cuando se maneja mucho. Mejor los asientos de serie, que también son butacas, pero mejor ajustados y con más acolchado.
Las plazas traseras son muy buenas, incluso para personas altas, aunque por anchura será mejor para dos pasajeros que para tres.
En cuanto a equipamiento hay básicamente de todo. Sistema keyless con botón de encendido, conectividad a Apple y Android, cámara en 360º, carga inalámbrica, puertos de carga USB adelante y atrás, climatizador bizona, espejos retrovisores calefactables, portalón con apertura eléctrica y sin manos, vidrios tinteados, pedalera de aluminio, entre mucho más.
Y muchos, muchos, asistentes a la conducción que permiten que el auto se maneje sólo en carretera.
CUPRA Ateca: la mecánica y el manejo
Vale decir que en nuestra prueba en Barcelona manejamos la versión VZ, la más deportiva y cara, que cuenta con el muy buen motor de gasolina 2.0 turbo TSI, de cuatro cilindros, que entrega 300 Hp y 400 Nm de par.
En esta versión se combina con la caja automática DSG de 7 velocidades y el sistema de tracción integral 4Drive.
Considerando que el Ateca pesa algo más de 1.600 kilos, es un motor que sobresale por su entrega. De hecho, la aceleración de 0 a 100 km/h es en sólo 4,7 segundos (con Launch Control). Muy bueno.
Diría que la versatilidad es la mejor definición para el Ateca, versatilidad para usarlo de la manera que uno estime conveniente. Y en esto entra el denominado Control de Chasis Adaptativo (DCC), que permite ajustar la firmeza de los amortiguadores en tres niveles: Confort, Sport y CUPRA.
El primero es perfecto en ciudad ya cumple la misión de minimizar las asperezas que un neumático tan bajito irremediablemente nos traspasa a las manos. El modo CUPRA es notable en curvas, reduciendo al mínimo los balanceos y cabeceos de la carrocería.
Hablemos del motor, que es espectacular, sobre todo en rango alto (sobre 5.000 rpm). Y la caja DSG, asociado a la tracción total con bloqueo de diferencial, hace que el par se trasmita con mucha efectividad al piso.
Si se maneja suave en la ciudad no se sentirán tirones ni apuros. El Ateca va como uno quiere que vaya, sin exigirle pedal al conductor. Pero cuando nos metemos en la montaña, este mismo sistema permite enlazar curvas una tras otra con mucha seguridad, con reacciones predecibles y sin que se nos vaya de trompa.
Añadamos el maravilloso sonido de los escapes Akrapovic, que son muy normales a baja marcha, pero que aumenta exponencialmente cuando se selecciona el modo CUPRA y se elevan la rpm sobre 4.000. Impresionantes los petardeos cuando se bajan marchas. Muchas sonrisas las que genera.
El Ateca es ligero, lo que lo hace muy ágil de conducción, y muy apetecible para pisarlo en exceso. Pero en carretera, es muy normal de uso, confortable, suave y silencioso.
Es un auto con un claro tacto deportivo, preciso en la dirección, que dobla plano, tracciona con efectividad y absorbe más que bien las irregularidades del camino. No es tan eficiente en los consumos, con una media en carretera de 12 km/litro, mucho menos cuando lo apuramos en la montaña. Pero es un deportivo de 300 caballos, así que no se puede reclamar.
CUPRA Ateca: conclusiones
El CUPRA Ateca es un SUV deportivo capaz de divertir a los conductores en cualquier camino, ser cómodo en el día a día, y permitir darse un gusto en una carretera llena de curvas. Definitivamente no es un SEAT, pese a su nombre. La transformación lograda en este auto es notable.
Tiene potencia de sobra, un motor extraordinario, una presencia imponente y una puesta a punto muy agresiva.
En Europa ha tenido éxito porque comparativamente, es mucho más barato que modelos de prestaciones semejantes. Pero en Chile no es barato, claro. Y ahí está el desafío de la marca: convencer.
Por lo menos a mí me convenció de sobra, y si pudiera, me lo compraría sin muchas dudas.