En septiembre de 2021 se dio inicio a la producción de e-fuels o combustibles sintéticos en territorio chileno, con la apertura de la planta de Haru Oni, ubicada en las afueras de Punta Arenas, en la Patagonia chilena. Se trata de una planta piloto en la que Porsche tiene participación, en su búsqueda por demostrar el potencial de los e-Fuels en los motores de combustión, tanto en los autos deportivos para la calle como en los autos de carreras.
Y es así como en la Porsche Mobil 1 Supercup que inicia temporada en el mes de mayo, todos los 911 GT3 Cup usarán por primera de vez y de manera exclusiva el e-fuel producido en Chile.
Este combustible permite a los 911 GT3 Cup de 510 Hp inscritos en el campeonato sean casi neutros en emisiones de CO2. "En los tres últimos años han funcionado con la segunda generación de un carburante parcialmente sintético y de base biológica", dice el fabricante. Pero ahora, gracias a una versión de software específica, podrán usar este nuevo combustible totalmente sintético fabricado a partir de hidrógeno verde.
La temporada 2024 de la Porsche Mobil 1 Supercup dará comienzo el 19 de mayo como antesala del Gran Premio de Emilia-Romaña de Fórmula 1, que se disputará en Imola, y concluirá el 1 de septiembre junto con el GP de Italia, a diputarse en Monza. Durante las ocho pruebas previstas, los 32 autos en competencian consumirán una cantidad estimada de 50.000 litros de e-fuel.
“El automovilismo siempre ha sido un motor de innovación, y ahora también lo es en lo que respecta al combustible. A través de este proyecto, estamos dando nuevos pasos hacia la consecución de nuestros objetivos de descarbonización”, afirma Michael Steiner, miembro del Consejo de Dirección de Porsche AG como responsable de Investigación y Desarrollo. “Si se considera toda la cadena de valor, los autos de carreras de la Porsche Mobil 1 Supercup pueden competir con e-fuel con unas emisiones de CO2 prácticamente neutras”.
Los combustibles sintéticos producidos en Chile se generan a partir de hidrógeno verde y dióxido de carbono, mediante procesos en los que se usan energías renovables. Así se crea inicialmente el e-metanol que, en un paso posterior, se convierte en gasolina sintética. La planta piloto Haru Oni se alimenta de energía eólica, mientras que el dióxido de carbono procede de una fuente biogénica.