Cuando la lluvia aparece en un Gran Premio de Fórmula 1 aumenta la emoción en la pista, pues generalmente el agua elimina prácticamente la diferencia entre los monoplaza y pone de manifiesto el talento de los pilotos, generando carreras con resultados inesperados.
Sin embargo, en años recientes si la lluvia es intensa, los comisarios de la FIA generalmente muestran la bandera roja y paran la competencia, o de plano, retrasan lo más posible el inicio del Gran Premio, pues los neumáticos de lluvia intensa desplaza tanta agua, que crean un spray muy grande, que deja sin visibilidad a los pilotos de atrás, además, con el regreso del efecto suelo, el difusor se convierte en una aspiradora de agua, que hace más intensa esa cortina de agua, lo que puede ser peligroso.
Por ello, la FIA ha estado buscando soluciones para que los autos puedan competir de una forma segura cuando el agua cae de forma intensa en la pista.
Así, este jueves la Federación realizó un test con Ferrari en la pista de Fiorano (concediendo un permiso especial para poder tener dos autos en el asfalto) donde probaron distintas configuraciones de unas tapas de fibra de carbono sobre las llantas de un F1-75 del año pasado, conducido por Arthur Leclerc, para entender mejor si el problema es causado por el drenaje de agua de las Pirelli o por el difusor.
Detrás de Leclerc venía Oliver Bearman, a bordo del SF-24, todavía con la decoración que utilizaron el fin de semana pasada en Miami, para poder medir mejor el nivel de visibilidad del piloto que viene detrás.
Estas tapas en las ruedas se probaron primero totalmente cerradas, luego un modelo con apertura en la parte frontal de la banda de rodamiento y finalmente con el lateral exterior abierto.
Si bien no hay resultados publicados, en distintas fotos publicadas del test, se puede notar que la reducción es mínima, pues el efecto sigue enviando hacia atrás una gran cortina de agua.
Además, la fijación de estos dispositivos está colocada en los bujes de la rueda para que no salgan volando cuando el auto va a máxima velocidad, lo que hace muy complicado un cambio de llanta en la carrera. Así que es casi seguro que por estética, aerodinámica y otras complicaciones, estas salpicaderas no llegarán nunca a verse en un Gran Premio de la Fórmula 1.