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Fisker en bancarrota, llegó el momento de rematar sus autos

Un triste final para una marca que prometía bastante.

Fisker en bancarrota, llegó el momento de rematar sus autos

Fisker inicio cómo muchas otras empresas emergentes: con planes interesantes, aliados fuertes y un proyecto que poco a poco convenció a muchas personas. Sin embargo, condiciones de mercado cambiantes, falta de adaptación y algunas malas decisiones llevaron poco a poco a esta marca a la bancarrota, a pesar de haber vendido ya una buena cantidad de productos.

Al día de hoy, en un intento de salvar lo que se pueda para no deber tanto, debieron sacar a remate sus autos, y los más baratos inician en apenas 2.500 dólares, el equivalente a unos 2 millones trescientos mil pesos chilenos.

Esta información se da a conocer debido a que Fisker logró cerrar un acuerdo con una empresa de arrendamientos en Estados Unidos, American Lease. En el acuerdo, American Lease ofrece comprar los últimos 3.231 Fisker Ocean que la marca aún tenía bajo su control. Toda esta operación tendría un costo de $46.3 millones de dólares (poco más de 43 millones de pesos chilenos).

Con el dinero resultante de toda la operación, Fisker pretende pagar los impuestos adeudados y salarios que le debe a algunos de sus trabajadores.

Cabe destacar que en los documentos de este proceso se dio a conocer que Fisker estaría rematando esas 3.231 unidades en distintas categorías y precios. Los Fisker Ocean en buenas condiciones y con certificado de auto nuevo tendrían un valor de $16.500 dólares cada uno, es decir, unos 15.5 millones de pesos chilenos.

Los vehículos en buenas condiciones que le fueron devueltos a la marca y que ya estuvieron facturados, tendrían un valor de $3.200 dólares, lo que equivale a menos de 3 millones de pesos. Mientras que aquellos que tengan algún daño y necesiten reparación tendrían un valor $2.500 dólares, que son unos 2.3 millones de pesos chilenos, un precio realmente bajo.

La firma de arrendamiento podría hacer el negocio de su vida con estos autos, aunque el lado no tan llamativo, es que en el estado que está Fisker, no tiene obligación de cumplir con garantías, actualizaciones, reparaciones o mantenimiento.

A pesar de lo anterior, Fisker entregará todo el material necesario, desde manuales, código, herramientas y demás que sea necesario para que esta firma de arrendamiento, pueda poner al día todos los SUV que no alcanzaron a recibir el software más reciente que intentaba lanzar la marca.

En un inicio, las Fisker Ocean tenían un valor de entre $40.000 a $70.000 dólares, es decie, desde los 37.4 a los 65.5 millones de pesos chilenos cada una, acorde a la versión.

Es triste ver el fin de una marca de esta forma, pero también queda claro que una ejecución mal lograda tiene pocas probabilidades de salir adelante, algo de lo que muchas marcas deberían tomar lección.

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