Duesenberg fue un fabricante estadounidense dedicado a la producción de automóviles de lujo que se hizo famoso no sólo por la calidad de los vehículos sino también por sus triunfos en crelevantes carreras. Y para muestra el Duesenberg 122 Eight “Banana Wagon” fue el ganador de las 500 Millas de Indianápolis en 1925.
Es el único Duesenberg, con motor de ocho cilindros en línea sobrealimentado, que queda en el mundo. Este modelo le pertenecía a David Uihlein, un coleccionista de autos americanos y tras un proceso de restauración ahora será subastado por RM Sotheby’s.
Al inicio de la restauración, el Duesenberg 122 Eight se encontraba sin propulsor pero Uihlein encontró un bloque de aluminio original del motor de ocho cilindros en línea de 3.0L y lo combinó con otras piezas que consiguió a lo largo del tiempo como cárter, sistema de distribución original, culata con doble árbol de levas y compresor. Y con la ayuda del ingeniero EJ. Healy y la empresa Banner Welding Systems lograron reconstruir por completo el motor de combustión.
La carrocería con forma de torpedo del renacido Duesenberg Banana Wagon mantiene el color amarillo y el número 12 pintado en color negro y rojo en los laterales del motor, mientras que la cabina cuenta con un asiento de cuero, volante y relojes del cuadro de instrumentos.
Este bólido está en perfectas condiciones de funcionamiento por lo que podría alcanzar un precio en la subasta de 200 mil dólares, que equivaldría a casi $180 millones de pesos chilenos una cantidad con la que todos los días podrías evocar la primera vez que la Indy 500 se ganó en menos de cinco horas, a una velocidad promedio de 101.127 millas por hora.