Si bien los deportivos de cuatro cilindros tienen su público muy bien definido y en la mayoría de los casos resultan bastante competentes, hay algunos cuya existencia no se entiende del todo, sobre todo cuando “arriba” de ellos hay monstruos por los que valdría más la pena pagar.
Es el caso del Mercedes AMG GT 43 con motor de cuatro cilindros. Por supuesto, es un cuatro cilindros de AMG, es muy potente, pero... ¿quién se compra un AMG coupé sin un verdadero V8 en el frente?
Lo segundo, que es importante considerar. Es un auto que cuesta $105.900 dólares, o sea no es nada barato.
Ese precio te paga cosas como un buen juego de llantas de 19", un interior tapizado en cuero nappa, un sistema de audio Burmester tan exquisito como el que llevan los Clase S, sin contar la conectividad inalámbrica. Como todos los autos premium, hay opciones y estas son caras como los asientos con masaje, las llantas de 20 o 21 pulgadas y la suspensión adaptativa.
Mercedes-Benz buscará convencerte de todos modos con que su motor de dos litros tiene un turbo con tecnología derivada de la F1 y una aceleración de 0 a 100 bajo los 5 segundos. Que es un auto ágil, equilibrado y elegante. Claro que lo es, pero el público que busca estos autos, también quiere la experiencia premium de un motor grande. Nadie se compra un GT de Mercedes para volver a la casa con un cuatro cilindros y no tiene tan solo que ver con temas aspiracionales o socioeconómicos.
Entonces, digamos que tienes 140 mil dólares. ¿Qué te compras? Un AMG GT 43 de cuatro cilindros, con todos los opcionales caros -que pueden sumar más de 30 mil dolares a la factura original- o un AMG GT 55 con el V8 de cuatro litros, 469 Hp y 0-100 en 3,8 segundos, por un precio casi similar.
Son dos modelos 100% AMG, pero suponemos que piensas igual que nosotros...