Miura y Countach, Lamborghini tenía dos gloriosos superdeportivos en su historial, pero los tiempos estaban cambiando y la marca necesitaba un salto de modernidad. El recambio generacional estaba programado para 1988, pero en el medio pasaron cosas…
Antes de seguir, si eres de los que dicen "Lamboryini", la ghi en italiano se pronuncia como gui en español, es decir que se debe de pronunciar como si se escribiera Lamborguini en nuestro idioma.
El Diablo tenía la difícil tarea de suceder al Countach, un ícono de su época que no solo era rápido, también había sentado las bases de una Lamborghini de estética feroz, pero que había nacido en 1974 y por eso ya estaba empezando a peinar canas.
Inicios tortuosos
Proyecto P132, más un Countach aerodinámico que lo que conocemos como el Diablo definitivo
Los de Sant'Agata Bolognese habían comenzado el desarrollo del proyecto P132 en 1985 y ya tenían a su nuevo superdepotivo casi listo, pero un año antes de lo pautado, en 1987, Lamborghini fue adquirida por Chrysler. A los gringos no les cerró el proyecto por lo que mandaron a hacer varios cambios, incluyendo el diseño original de Marcello Gandini. El resultado fue que la vida del Countach se prolongara unos años más, hasta que en 1990, el Diablo tomó el relevo.
El Diiablo nació como una pasada en limpio del Countach conservando la disposición mecánica longitudinal-central, pero con la caja adelante del V12, lo que facilitaría hacer una variante AWD.
Una de las maquetas del Proyecto 132
Estéticamente, el proyecto tenía esa mezcla de modernismo de los concepts de los 70s con algunas claves pop de los 80s en líneas simples, pero sobre todo aerodinámicas para lograr pasar los 325 km/h y sobre todo ser el auto de producción más rápido de su época.
Gran parte del diseño original del Diablo terminó en el Cizeta Moroder V16T
La entrada de Chrysler trajo una marea de cambios, especialmente al estilo del auto que fue cambiando progresivamente hasta llegar a lo que conocemos hoy. A tal punto fue la intervención de los de Detroit que ellos se encargaron del diseño completo del interior.
Finalmente, el nuevo toro llegó con dos años de demora, y tuvo que enfrentar un nuevo problema ya que apareció en medio de una crisis global que redujo mercados como el de los superdepotivos.
Nace el Diablo
El Diablo se presentó en el Salón de Ginebra de 1990, con un V12 de 5.7 litros que entregaba 492 caballos y 579 Nm al eje trasero. Las prestaciones del Lambo eran destacadas con un 0 a 100 km/h de 4,1 segundos y los ansiados 325 km/h de velocidad máxima que eran récord para la época.
En 1993 llegó la esperada versión con tracción a las cuatro ruedas conocida como VT por Viscous Traction, debido al sistema de reparto con acople viscoso que permitía enviar hasta el 25% del empuhe al tren delantero. El Diablo integral también trajo mejoras en suspensiones y frenos.
En 1995 llegó la variante roadster y antes de eso, en 1994 aparecieron las versiones 30 Aniversario con 150 unidades, los Kit JOTA de preparación más extrema. El desarrollo del Diablo nunca se detuvo, en 1995 apareció el SV (Super Veloce) y siguieron rediseños, el paso de faros pop-up a fijos, y el upgrade del V12 que pasó a entregar 530 toros en 1999.
Si el nacimiento del Diablo fue complicado, su infancia también fue compleja cuando en 1994 los de EE.UU. vendieron Lamborghini. Luego de un interregno, finalmente en 1998 la marca italiana fue comprada por el Grupo VW que rápidamente puso su ingeniería y capital para modernizar al modelo.
Bajo el control de Audi, el Diablo comenzó una constante mejora prolongando su vida hasta 2001. Luego del GT de 6.0L, 570 caballos a 7.000 rpm y 340 km/h de velocidad punta, finalmente llegó el VT para cerrar la larga carrera de este toro. Su sucesor sería el Murciélago, que como es costumbre de la marca también fue bautizado con el nombre de otro toro famoso, pero esa es otra historia que ya tendrá su nota.