
Alpine ya le puso fecha a su entrada al Olimpo de los superautos: 2028. Será entonces cuando la marca francesa nos deleite con una bestia híbrida que entregará más de 1.000 caballos de fuerza gracias a un tren motriz compuesto por un V6 biturbo y dos motores eléctricos en el eje delantero.
Inspirado en el espectacular concept Alpenglow, este modelo marcará el regreso de Alpine a los autos con motor de combustión, tras la despedida del A110. ¿Por qué regresar a la combustión interna? Lo dijo sin rodeos Philippe Krief, CEO de la marca durante la develación del A390: “No vendemos autos eléctricos. Vendemos autos deportivos, de pasión, exclusivos”.
El desarrollo correrá a cargo de la nueva división Hypertech Alpine, ubicada en la planta de motores de F1 en Viry-Châtillon, al sur de París. El objetivo es un auto con un peso por debajo de 1.600 kg y un tren motriz híbrido que desemboque en tracción integral, con la posibilidad de controlar cada rueda delantera de forma independiente para afinar el manejo al máximo.
El sistema eléctrico no usará los sofisticados motores axial-flux de Yasa (como los del SF90 de Ferrari), sino una configuración radial-flux desarrollada internamente, pensada para rendimiento, fiabilidad y costo. Esto derivado de la experiencia de Krief, quien trabajó en Ferrari en la era del SF90 Stradale.
El precio superará los €200.000, con un enfoque de producción limitada. Alpine busca posicionarse por encima del Renault 5 Turbo eléctrico de €155.000 y este superauto será la vitrina perfecta para mostrar lo que Hypertech puede lograr uniendo el ADN de competición con un auto de calle.
El concepto Alpenglow proponía un V6 alimentado por hidrógeno, una puerta abierta a seguir rugiendo, a pesar de que entren en vigor las normativas que prohibirán las emisiones de escape en 2035 para Europa.