
La Fórmula 1 vive un momento histórico. Cadillac, respaldada por General Motors y TWG Motorsports, oficializó que su ingreso a la máxima categoría tendrá como pilotos oficiales a Valtteri Bottas y Sergio “Checo” Pérez, que de esta manera regresan al Mundial después de un paréntesis de un año.
La elección de Cadillac es un golpe de efecto. Ambos pilotos acumulan más de 500 Grandes Premios, más de 100 podios y una experiencia invaluable en el desarrollo de equipos. Un combo que la flamante escudería considera esencial para construir desde cero un proyecto sólido.
Estrellas para el sueño americano
“Desde que hablé con el equipo sentí algo diferente: no es solo un proyecto, es una visión a largo plazo”, aseguró Bottas, diez veces ganador de Grandes Premios y con una larga trayectoria en Williams, Mercedes y Alfa Romeo.
Por su parte, Checo Pérez, seis veces vencedor en la Fórmula 1, subrayó la dimensión continental de la apuesta: “Queremos que este sea el equipo de las Américas. Cadillac es un nombre legendario en el automovilismo y me honra llevarlo a la Fórmula 1. Estamos construyendo algo grande desde la base, y el objetivo es pelear en la punta”.
Ingeniería americana, experiencia europea
El Cadillac Formula 1 Team tendrá sedes en Fishers (Indiana), Charlotte (Carolina del Norte) y Silverstone (Reino Unido). Esta estructura busca unir la tradición de la ingeniería estadounidense con la sofisticación técnica europea, en un modelo de trabajo híbrido que refleja la ambición de Cadillac: ser competitivo desde su primera temporada.
Graeme Lowdon, Team Principal, destacó que la llegada de pilotos experimentados “no solo significa velocidad, sino liderazgo y visión para ayudar a construir un equipo”.
Con la mira puesta en 2026, Cadillac busca convertirse en referente del automovilismo estadounidense en el escenario global, continuando la senda iniciada con el WEC y el IMSA, pero en la categoría más exigente. Para General Motors, este desembarco en la Fórmula 1 representa “el inicio de un legado extraordinario”, en palabras de Mark Reuss, presidente de GM.
El fichaje de Bottas y Pérez convierte al equipo en uno de los debutantes más ambiciosos de la historia moderna de la F1. Y, al mismo tiempo, abre un nuevo capítulo para el continente americano en el deporte más global de todos.