Sin duda que el Departamento de personalización de Rolls-Royce, Bespoke siempre está listo para hacer realidad los deseos y sueños de sus clientes, y precisamente fue lo que aconteció con un encargo recibido por la representación de la marca británica en Dubai, hasta donde llegó el futuro propietario de un exclusivo Cullinam, que comparte junto a su familia y un pequeño hijo de cuatro años, la admiración por el cosmos. Sin embargo, este modelo llevó a tal grado la personalización que fue signado como Rolls-Royce Cullinam Cosmos.
Por fuera el cliente lo solicitó con una pintura que representa un cielo nocturno repleto de nubes, llegando incluso a reproducir el efecto de la niebla. En estricto rigor, tiene un acabado en brillante Arabescato Pearl, que evoca el suave brillo de la luz de la luna en un cielo de medianoche. El exterior se completa con un tapizado doble pintado a mano coachline en Charles Blue y un Illuminated Spirit of Ecstasy que brilla como una estrella distante por la noche.
Su habitáculo está inspirado en la quietud y la maravilla del espacio profundo. Los asientos presentan un acabado en cuero Charles Blue y Grace White con costuras y ribetes en contraste Grace White a juego. Las chapas Piano White le dan un toque nítido y técnico que sutilmente hace eco de las superficies de alto brillo de las carcasas de los satélites.
El cliente trabajó con los diseñadores de Rolls-Royce para crear un motivo Star Cluster único, que aparece como un bordado Bespoke en los paneles de las puertas y los apoyacabezas, y como una obra de arte pintada a mano en la fascia del pasajero delantero.
Sin embargo, la guinda de la torta es la presencia del primer techo pintado totalmente a mano, lo que demandó nada menos que 160 horas de trabajo a mano alzada por uno de los artistas de la marca, por cuanto es una interpretación de la Vía Lactéa: una difusa banda de estrellas y la niebla cósmica visible en el cielo nocturno, con una gradación de color que complementa la paleta interior Bespoke.
Para crear las luminosas formaciones de nubes, el artista utilizó más de 20 aplicaciones sucesivas de pintura acrílica, creando profundidad y dimensión con una variedad de pinceles. Para lograr el efecto de niebla, el artista recurrió a una herramienta inesperada: un pincel de maquillaje, para permitir que la capa más fina de pigmentos se secara delicadamente al contacto.
El brillante campo de "estrellas" pintadas se formó mediante una combinación de pinceles finos y puntiagudos y una técnica de moteado, lo que le dio a la composición final una cualidad orgánica y celestial. Solo una vez completada y sellada la pintura del Starlight Headliner, las perforaciones de fibra óptica se perforaron individualmente y se colocaron a mano para complementar los contornos de la obra de arte.
