Tal como se oficializó en agosto, esta semana pasada asumió P.B. Balaji al mando de Jaguar Land Rover (JLR), dejando su cargo como CFO de Tata Motors (no olvidemos que Tata es dueño de JLR). Estos cambios llegan en momentos turbulentos para la estructura inglesa. Si, es cierto que la empresa está lejos de vivir una crisis económica, gracias al trabajo del ex CEO Adrian Mardell, a quien se le debe que Land Rover por primera vez en mucho tiempo esté teniendo márgenes de ganancias. Pero la otra cara de la moneda la sufre Jaguar y su controvertida restauración.
Desde que aparecieron los teasers y las maquetas del prototipo Type 00, no hemos oido ninguna buena noticia sobre Jaguar en lo absoluto. Todo ha sido polémicas, problemas de ciberseguridad, un lento despliegue de novedades con respecto a su primer auto eléctrico y más: un verdadero infierno.

Las alarmas siguen con los reportes de medios como Automotive News, Autocar y Motor1, quienes no han podido confirmar pero aseguran con fuentes extraoficiales que Gerry McGovern, el diseñador en jefe del grupo, fue el primer "sablazo" de la nueva directiva. El medio que destapó la información y que la confirma es Autocar India, quienes tienen más cercanía con las directivas de Tata.
Quizás es injusto que McGovern, con su vasto curriculum y exitosos modelos a su haber, sea el "chivo expiatorio" de los males de Jaguar. No por nada, en una marca de autos se juega en equipo. Y a McGovern se le deben prácticamente todos los nuevos modelos de Land Rover, desde el primer Evoque y el Velar, hasta el actual Defender, su proyecto más relevante. Incluso, le debemos el Land Rover Freelander, durante un previo pasar por la firma especialista en todo-terrenos.