Nissan Qazana era el nombre de este auto cuando fue presentado como concepto en el Autoshow de Ginebra en 2009. Desde entonces, la prensa internacional y los clientes de la marca quedaron fascinados con su atrevido diseño y concepto novedoso.
Ahora, tuvimos la oportunidad de probar la versión de producción de este pequeño crossover deportivo. El escenario, las cercanías de la bella ciudad de Vancouver, Canadá.
Nuestra primera impresión fue el reducido tamaño pues en fotografías es difícil calcularlo. El diseño, la verdad es uno que no imaginábamos que Nissan se atrevería a poner en producción, pues fuera del 370Z y GTR, su oferta de productos se enfoca más a un público serio.
Los dos arcos que forman las molduras de ruedas le brindan de una robustez que encontramos en SUVs, pero gracias al bajo toldo y la falta de manilla en la puerta trasera (en realidad se ubica en el pilar C) podría pasar por un coupé.
El frente es una de las vistas más radicales pues pareciera que tomaron inspiración en alguna rana, con las luces principales en medio del frente, las luces de niebla en la parte baja y los cuartos montados en la parte alta del cofre.
Atrás encontramos un cristal curvo con dos calaveras en forma de boomerang como las que encontramos en su deportivo 370Z. En verdad hay que verlo en persona para disfrutar de las delicadas líneas y lo exquisito del diseño en general. Es bueno saber que Nissan también se atreve a hacer productos diferentes a lo convencional y sobre todo, que lo hacen muy bien.
El interior era una de mis preocupaciones, si soy honesto, pues tanta exhuberancia en el exterior podría ser opacado por un interior convencional y sin chiste. Afortunadamente, este no es el caso del Juke, de hecho nuestra única queja son los plásticos que no destacan por ser de mala calidad, pero tampoco lo hacen por ser los mejores.
El volante, es uno de tanto indicios que nos hablan de que el Juke también tiene un lado deportivo pues es tomado del 370Z. La temática de líneas curvas continúa para la parte de adentro, con un tablero muy redondeado y por ejemplo, manijas de las puertas con un diseño diferente en forma de esfera.
Los asientos son cómodos y el espacio es bueno para las plazas delanteras pero no tan generoso para las traseras. No es que se viaje incómodo atrás pero sí nos hubiera gustado contar con un poco más de espacio para las piernas.
Las montañas cercanas a la ciudad de Vancouver fueron el escenario perfecto para la prueba de manejo. Los impresionantes paisajes y el agradable clima completaron nuestra experiencia, además de que los caminos sinuosos –y muy divertidos- se encargaron de que pusiéramos a prueba las capacidades deportivas del Juke.
Hablando del motor, es un cuatro cilindros 1.6L turbo alimentado de inyección directa (el primero que fabrica Nissan con estas características) que produce unos nada despreciables 188Hp y 177lb-pie de torque. Éste es suficiente para entregar sensaciones deportivas, con una aceleración continua y buen torque para mantener velocidades por encima del límite permitido.
La suspensión también es algo que debemos destacar. Es perfectamente cómoda pero también se encarga de mantener el auto estable en las curvas y sin mucho movimiento de la carrocería, a pesar de la altura del mismo-.
Mediante una consola ubicada debajo del sistema de navegación y entretenimiento, se puede seleccionar el tipo de conducción que se quiere (Normal, Sport y Eco), modificando la respuesta del acelerador, dureza de la dirección, firmeza de la suspensión y alerta de la caja (sólo en la versión automática CVT). La diferencia entre un modo de conducción y otro, es impresionante. En Eco, el turbo es retardado, el acelerador también, mientras que el aire acondicionado y demás componentes electrónicos se encuentran en modo ahorrativo. En Normal se mantiene bastante tranquilo, y finalmente en Sport, se modifica todo para sacar lo mejor de los 188Hp que produce el motor.
La misma consola se transforma al toque de un botón en el controlador del aire acondicionado automático y en el display de conducción, arrojando información como las fuerzas G de aceleración y lateral, consumo (otorgando hasta cinco estrellas en modo Eco, dependiendo de tu manejo) y entrega de torque del motor.
Existen dos tipos de transmisión: una automática CVT (continuamente variable) y una manual de seis relaciones. La CVT fue la que probamos primero y podemos reportar que excedió por bastante margen nuestras expectativas. En modo normal se siente bastante tranquila, pero es el modo sport el que más nos sorprendió, con cambios perfectamente escalonados y rápidos que permiten –mediante la palanca en el piso y no mediante paletas en el volante- hacer los cambios a tu gusto.
Por otro lado, la manual de seis cambios es la que mejor permite explotar los atributos deportivos del Juke. El recorrido es suficientemente corto y la sensación 100% mecánica, en verdad inspira mucha confianza.
Para las versiones automáticas, existirá también la opción del sistema AWD-V que cuenta con un interruptor en el interior para seleccionar desde tracción delantera, AWD convencional (que manda entre un 70 y un 60% del torque a las llantas delanteras y 40 o 30% a las traseras) o finalmente el recién estrenado –en este producto- AWD vectoring system que controla independientemente el torque enviado a cada llanta para aprovechar al máximo la potencia del motor y el agarre de las cuatro llantas. Éste último fue nuestro favorito y cuando entras rápido a una curva, realmente puedes sentirlo trabajar para acomodar el auto de la mejor manera.
En cuanto a seguridad, todos contarán con seis bolsas de aire, ABS, Control de Tracción y zonas de deformación en la carrocería.
El nuevo Nissan Juke es un excelente producto, en verdad que combina lo mejor de un hatchback, altura de SUV y diseño asombroso. El manejo es exquisito y sin duda le hará ruido al también nuevo MINI Countryman. Será como el 370Z de los crossovers –a su debida proporción claro.