Hace justo un año debutó HAVAL en Chile. Hasta entonces, este nombre era conocido por ser el que utilizaba la exitosa gama de todoterrenos de Great Wall, la firma china importada por Derco, que es líder del origen.
Poco tiempo antes, el conglomerado chino había decidido crear una marca independiente especializada en SUV, que tuviera como objetivo ofrecer diseño, calidad y equipamiento, junto con un obsesivo más cuidado por los detalles. Los primeros modelos de HAVAL fueron el H2 y H6 Sport, dos estilosos SUV que arribaron con un motor 1.5 litros turbo de 141 caballos de fuerza y caja mecánica de seis velocidades, asociado a tracción simple o total, y con tres niveles de equipamiento.
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Ahora, la firma china amplía esta oferta con versiones automáticas de seis velocidades para los mismos modelos, y es el Haval H2 AT el que nos animamos a probar. Este SUV suma caja automática a las versiones 4x2 Active, 4x2 Elite y 4x2 Deluxe, con precios entre $ 12.890.000 y $ 14.790.000.
Datos técnicos y mecánicos
El H2 es por tamaño un SUV compacto, de tamaño similar a un Hyudai Creta, un Chervolet Tracker y un Mazda CX3, por nombrar algunos. Mide 4.335 mm de largo, 1.814 mm de ancho, 1.695 mm de alto y tiene entre ejes 2.560 mm, con un peso bruto de 2.025 kilos, lo que habla de una innecesaria robustez.
El hecho de ofrecerse sólo con tracción delantera y de tener apenas 185 mm de despeje nos indica que se trata más de un crossover urbano que de un SUV aventurero. La suspensión es independiente en las cuatro ruedas, McPherson adelante y multilink atrás, mientras que los cuatro frenos son de discos, ventilados los delanteros.
Bajo el capó, como decíamos, tiene un bloque de cuatro clindros, 1.5 litros turbo VGT, que eroga 141 caballos de fuerza y 210 Nm de par, disponible entre las 2.200 y las 4.500 rpm. Este bloque estás asociado a esta nueva caja automática de seis velocidades fabricada por Hyundai, lo que no sugiere que es la misma que montan el Creta y el Tucson.
El diseño del HAVAL H2 está muy bien logrado y su silueta es armónica y proporcionada, con un primer cuerpo pequeño, una cabina elevada y una cintura ascendente que le dan un toque de deportividad. Está la opción de escoger el techo de distinto color, y la verdad es que le queda muy bien.
Llama la atención la nueva cara de Haval, con una parrilla cromada grande, faros muy llamativos con señas LED, y un paragolpes más aerodinámico que robusto. La zaga es más convencional, aunque llaman la atención dos detalles: la doble salida de escape y la tercera luz de freno, que enciende en rojo la palaba HAVAL.
Las barras en el techo, las llantas de 18” y las molduras plásticas en los bajos ayudan a darle una apariencia más campera de la que realmente tiene.
Confort
La habitabilidad en el H2 es buena para cuatro pasajeros adultos y un quinto más pequeño. Las plazas delanteras son altas y no se pueden bajar lo suficiente, por lo que hay que acostumbrarse a conducir desde muy arriba. Los asientos son blandos, pero no afirman el cuerpo como nos gustaría.
Las plazas posteriores cumplen bien pero no son excesivamente confortables. Falta diseño que sea capaz de recibir el cuerpo de los ocupantes, ya que, en general, uno siente que va suelto. También se percibe que el techo estuviera demasiado cerca de la cabeza, pero en términos generales, el espacio interior es bueno en ancho y largo. El maletero, el cambio, se percibe algo justo.
La perspectiva de HAVAL es convertirse en el referente premium de las marcas chinas, y al menos en calidad percibida va por la senda correcta. Más allá del ecocuero del tapiz, el habitáculo luce muy bien construido, con polímeros blandos al tacto, mezclados con acabados cromados y de plástico brillante, y un diseño armónico, con énfasis en lo funcional por sobre lo recargado.
Destaca al medio una gran pantalla táctil de 7”, que incorpora navegador GPS, bluetooth y los mandos de la radio y los dispositivos móviles. No es amigable en su funcionamiento para nada. Los marcadores encierran al medio un display digital de 3,5” con la información del computador y trip master.
En materia de seguridad suma frenos ABS con EBD, control de estabilidad, seis airbags (dos en la versión de entrada), anclajes isofix, sistema de monitoreo de presión de neumáticos, sensor de retroceso con cámara, neblineros, luces automáticas con luz diurnas, entre lo principal.
En confort agrega controles de la radio y velocidad crucero el volante, sistema keyless con botón de encendido, asientos delanteros con regulación eléctrica, climatizador bizona, vidrios y espejos eléctricos, cierre centralizado, entre otros.
Impresión de manejo
El mayor problema que se percibe en el Haval H2 es el turbolag bajo las 1.500 rpm, que en el caso de las versiones con caja mecánica se siente con fuerza. La gracia de esta opción con caja automática es que es la propia transmisión la que se encarga de adormecer esta sensación de vacío.
Si bien no se siente tan flojo como el H2 mecánico, tampoco es súper pujante de salida. Hay que esperar hasta que el turbo entre en funcionamiento y luego reacciona de manera progresiva. Sobre las 2.000 rpm, el Haval H2 anda perfecto, con buen empuje, gran capacidad de recuperación y mucha suavidad. No se perciben vibraciones, aunque sobre las 3.500 rpm se vuelve algo ruidoso.
La caja en sí es suave y acciona con la adecuada rapidez para evitar que el auto caiga de nuevo en la zona gris. Está bien escalonada, aunque no defiende los consumos contenidos. De hecho, el consumo homologado de este auto es de 9,9 km/litro en ciudad y 13 km/l en ciclo mixto. A nosotros no dio menos: 8,2 en ciclo urbano y 11,4 en mixto, con 14 km/litro en carretera.
La suspensión tiene un enfoque familiar, blanda en general, por lo que no cuadra que el recorrido de los amortiguadores sea tan corto, que a veces tope en baches grandes. Si se considera que el centro de gravedad está arriba, lo que hace que en caminos rápidos la carrocería tienda a rolar bastante, no se trata de un auto peligroso, sino todo lo contrario. Es de lo más dinámico que hemos conducido de este origen.
Eso sí, molesta un poco más el escaso tacto que transmite, con una dirección artificial, algo que no es nuevo en el origen.
Conclusión
Las ambiciones de HAVAL en convertirse en un referente para el origen están bien sustentadas en este producto. Tiene un buen diseño, muy llamativo por lo demás. Tiene una agradable apariencia interior y buen espacio para la familia. Tiene un motor moderno. Y tiene mucho equipamiento.
Hay cosas por mejorar, como en todas partes. El turbolag puede ser minimizado con un poco de electrónica, y la suspensión puede ser calibrada para que se rigidicen los espirales o se le de más recorrido a los amortiguadores. Y a la dirección hay que darle más tacto.
Si bien no es barato para ser un modelo de origen chino, es una opción de razonable costo para tener un SUV aspiracional como éste, cómodo de usar, bien equipado y distinto.