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Toyota Mirai 2017, manejamos el auto del futuro

Lo más seguro es que este auto movido por hidrógeno no llegue nunca a Chile, pero ya existe y se vende en algunos mercados.

Toyota Mirai 2017, manejamos el auto del futuro

En el marco del pasado Auto Show de los Ángeles tuvimos la oportunidad de manejar por unos breves momentos uno de los vehículos más avanzados y fascinantes que hay actualmente en la industria. Y no se trata de ningún súper auto exótico, sino de un cómodo sedán familiar de cuatro puertas, con un diseño que podríamos calificar de “controvertido”, por decirlo de la forma más conciliadora posible.

Se trata del Toyota Mirai, cuyo nombre significa "futuro" en japonés. 

Esta denominación le va como anillo al dedo, ya que se trata de un vehículo que funciona con hidrógeno y que ya se puede adquirir en algunos mercados privilegiados, que evidentemente están preparados para adoptar las tecnologías del mañana gracias a una combinación de disponibilidad de infraestructura, apoyo de las autoridades y demanda del consumidor.

Una triada de elementos muy necesaria para el desarrollo de una industria automotriz enfocada en energías renovables, y que está a años luz de ser una realidad en Chile, por lo cual no existe posibilidad alguna de ver al Mirai rodando en nuestro mercado, por lo menos por algunos años.

¿Qué hace tan especial al Toyota Mirai?

En estricto sentido, un auto de hidrógeno es un auto eléctrico, solamente que en lugar de alimentarse a través de una inmensa y pesada batería, incorpora un sofisticado dispositivo conocido como Celda o Pila de Combustible, que convierte el hidrógeno en energía eléctrica.

Es cierto que el Mirai no es el primer vehículo de hidrógeno en llegar a las calles. Hemos visto numerosos ejercicios de distintos fabricantes, como el Honda FCX Clarity o bien el Hyundai Tucson Fuel Cell o la Chevrolet Equinox FCV. Sin embargo, este Toyota es el primero que se fabrica en masa y que el consumidor puede adquirir de manera convencional. No se trata de una tecnología experimental propiedad del fabricante, que hasta ahora solo se podía arrendar, por lo que era mandatorio devolver la unidad al término del contrato.

Podemos decir entonces que el Toyota Mirai representa la masificación del auto de hidrógeno, un logro que no es menor y que sienta un precedente tremendamente significativo sobre la viabilidad de esta tecnología para el futuro. Con un costo de US$ 57.500 dólares (unos $38.800.000 pesos), Toyota ha logrado reducir los costos significativamernte, sin considerar el bono de 5 mil dólares que otorga el Estado de California directamente a los usuarios.

¿Cómo funciona un auto de hidrógeno?

La Celda de Combustible es en sí un generador de energía eléctrica que requiere de la entrada de dos elementos para funcionar. Por un lado tenemos el hidrógeno, que va almacenado a muy alta presión en unos tanques fabricados en fibra de carbono reforzada, que son verdaderamente resistentes, y por el otro requiere de oxígeno, que es tomado de la atmósfera. De ahí se explican las gigantescas tomas de aire frontales capaces de captar hasta 22 metros cúbicos de aire cada 100 km.

Cuando estos dos elementos pasan a través de una membrana, que entre otros costosos materiales está hecha de titanio, los electrones que se encuentran en el hidrógeno son capturados y enviados en forma de corriente al motor eléctrico y/o batería, mientras que la molécula de hidrógeno des ionizada se junta con el aire en el oxígeno que, además, sirve para enfriar la Celda de Combustible, dando como resultado vapor de agua (7 litros cada 100 km), y que dicho sea de paso se almacena en un pequeño tanque que la libera al oprimir un botón ubicado en el tablero.

Más impresionante aún resulta que esta nueva generación de celda es mucho más compacta que las generaciones previas. Pesa apenas 56 kilos y cuenta con una potencia de 114 kW, así como una densidad energética de 3.1 kW/l, erigiéndose como la más eficiente del mundo.

De forma muy simplificada, la Celda de Combustible recibe Hidrógeno y Oxígeno por un lado, entregando electricidad y vapor de agua por el otro.

Todo un Frankenstein

El Toyota Mirai emplea una versión alargada de la plataforma del Prius. Mide 4.89 metros, aunque a simple vista no parece tan grande, y cuenta con un motor eléctrico de 151 Hp y 332 Nm de par que podemos encontrar en el Lexus RX450h. La batería, en tanto, es de 1.7 kW, que por cierto es de Hidruro Metal, la misma que incorpora el Camry Híbrido. Es decir, otros vehículos donaron componentes en nombre de la ciencia y para lograr las escalas necesarias que permitieron abaratar hasta este punto la tecnología.

En el Mirai, la citada batería va montada en el maletero y se alimenta ya sea directamente de la celda de combustible o bien de la recuperación de la energía de la frenada. Tiene la función de auxiliar al vehículo en labores de aceleración o bien proveer de energía a sistemas como la dirección asistida o el climatizador.

Tan práctico y funcional como cualquier auto familiar

El habitáculo del Mirai guarda cierta reminiscencia con el del Prius, sin embargo, luce más moderno y sofisticado, y de alguna manera hace pensar que estamos en un Prius de la próxima generación. Hay una que otra adición en el tablero, destacando los controles del climatizador que se operan mediante un panel táctil que funciona al deslizar el dedo. La calidad de materiales y ensamble, sin embargo, si se percibe superior al Prius y no es de extrañar, puesto que es fabricado a mano en la planta de Motomochi, en Japón, la misma instalación en donde en algún momento se hizo el fenomenal Lexus LFA.

Pese a sus generosas dimensiones, el Mirai ofrece una habitabilidad limitada en las plazas posteriores debido a que el túnel central alberga la Celda de Combustible y uno de los tanques, lo que sacrifica espacio para las piernas. Asimismo, el espacio en la maleta es 80 litros menor que en el Prius para un total de 361 litros, debido a la presencia del otro tanque, así como de la batería. En palabras simples, Toyota se las arregló para alojar eficientemente todos los componentes del vehículo y aun así ofrecer niveles de espacio y carga competentes para cuatro adultos.

¿Y cómo se maneja?

Con un peso de 1.850 kilos y una potencia de 151 Hp, el Mirai sonaría en el papel como un auto dolorosamente lento. Sin embargo, no es así gracias a sus 332 Nm de torque que como en todo auto eléctrico están disponibles de forma instantánea. Así, las aceleraciones y reacciones son bastante decorosas. De hecho, la marca anuncia un 0-100 km/h en 9,6 segundos, que si bien no es una cifra propia de auto deportivo, es muy bueno considerando su enfoque ecológico.

Por su parte, la calidad de marcha es muy buena. El Mirai es sorprendentemente silencioso y refinado, generando apenas un leve zumbido que lo separa de los eléctricos convencionales. Por lo demás, incluso en recuperaciones se siente hasta potente. Eso sí, dirección y suspensiones son poco o nada comunicativas, demostrando un claro enfoque en el confort.

¿Pero en verdad el futuro está en el hidrógeno?

Queda claro que el Toyota Mirai es un vehículo perfectamente funcional, que si bien es cierto sigue siendo costoso para mercados como el nuestro, se puede considerar asequible para una cantidad bastante respetable de personas en mercados más desarrollados.

Presenta, además, marcadas ventajas con respecto de los eléctricos que emplean paquetes de baterías, simplemente por la rapidez con la que se puede recargar (5 minutos) y por el rango de autonomía ofrecida (500 kilómetros).

El problema con los autos de hidrógeno radica en dos temas fundamentalmente. Por un lado, la infraestructura, estaciones de recarga de hidrógeno, que aun es muy pequeña, aunque si todo sale de acuerdo al plan habrá más de 100 estaciones para 2020 sólo en el Estado de California.

El otro reto, y quizá el más grande, es que la cantidad de energía y el costo para separar el hidrógeno, que no es un elemento que podamos encontrar en forma pura en la naturaleza. Ahora, si ponemos en perspectiva el costo de perforar la tierra, extraer el petróleo, refinarlo en gasolina, transportarlo y almacenarlo, resulta claro que de no tener esa inmensa escala de millones de barriles diarios, el litro de gasolina también sería impagable, por lo que en favor del hidrógeno podría ser solo cuestión de alcanzar las escalas necesarias.

Conclusión

No queda duda que la mejor manera de predecir el futuro es crearlo. Toyota ya lo hizo hace dos décadas cuando logró masificar el auto híbrido de manera exitosa, y hoy prácticamente no hay un solo fabricante que no ofrezca un vehículo de estas características, ya sea híbridos convencionales o Plug-In Hybrids.

El Toyota Mirai apunta a lograr eso mismo que consiguió el Prius, aunque esta vez el reto no solo radica en la adopción de la tecnología, sino también en el desarrollo de una infraestructura sustentable.

 

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