Fue a principios de marzo cuando se entregó la noticia más importante para la industria mundial en lo que va del año: el Grupo PSA compró a General Motors la marca y la operación completa de Opel, el centenario fabricante alemán que en Gran Bretaña se comercializa bajo la marca Vauxhall.
Tras la firma de un acuerdo valorado en 2.200 millones de euros (unos 2.500 millones de dólares), Opel se suma a Peugeot, Citroën y DS Automobiles y convierte a PSA en el segundo grupo automotor europeo, con alrededor de cinco millones de unidades vendidas.
General Motors, en tanto, abandona definitivamente sus operaciones en Europa luego de que hace un par de años haya decidido sacar a Chevrolet del Viejo Continente.
El acuerdo firmado por PSA y GM indica que se incluyen en la operación todas las actividades de Opel/Vauxhall, seis plantas de montaje y cinco de producción de componentes, un centro de ingeniería en Rüsselsheim, y unos 40.000 empleados.
Según informan algunos medios alemanes, el acuerdo permitirá al grupo francés seguir vendiendo toda la gama de Opel en Europa, sin embargo, debe apurar el proceso de reemplazo de los modelos que fueron diseñados y desarrollados utilizando tecnología de GM.
Básicamente son todos los modelos Opel salvo los dos más nuevos: el crossover Crossland X y el SUV Grandland X, desarrollados gracias a una asociación estratégica entre ambos grupos desde antes de la compra.
Por lo mismo, el lanzamiento del nuevo Corsa de sexta generación programado para 2018 fue pospuesto un año, según informa Autobild, ya que se rediseñará utilizando la base del Peugeot 208 y del Citroën C3. Lo mismo ocurrirá con el Mokka, recién actualizado por Opel, pero cuya nueva generación usará la plataforma del Citroën C3 Aircross, de pronto lanzamiento mundial.
La duda que queda es qué ocurrirá con las operaciones fuera de Europa, ya que el acuerdo entre ambos grupos no permitiría a PSA vender autos de Opel con tecnología GM en mercados internacionales, como el chileno. Y una operación con dos modelos no tiene sentido para nadie.
Desde GM Chile indican que por ahora la operación sigue su marcha, aunque dadas las nuevas condiciones, con menos énfasis e impulso que hasta el año pasado. Hay un stock suficiente para terminar el año, aunque muy lejos de las cifras que se planteó hace un lustro cuando la marca desembarcó en el país (hoy vende unas 20 unidades por mes). Por lo mismo, hay que olvidarse de ver nuevos modelos como el Insignia hasta nuevo aviso.
Opel como marca tiene interés en permanecer en Chile, aunque no se sabe si lo hará como filial directa de PSA (como Peugeot) o a través de un importador (como Citroën). Hace unos meses, GM evaluó deshacerse de la marca y continuar su operación sólo con Chevrolet. Según se sabe y tras una serie de reuniones, comprobó que había mucho interés de varios grupos automotores relevante del mercado chileno de manejar esta operación.
En definitiva, Opel se mantiene en manos de GM hasta fin de año, o hasta que lleguen instrucciones desde Alemania para bajar la cortina y traspasar la operación a un tercer actor. Habrá que seguir la evolución.