Mazda acaba de presentar en el Salón de Ginebra 2019 al más nuevo integrante de su creciente gama de SUV. Se trata del nuevo Mazda CX-30 2020, que posiblemente llegue a Chile a principios del próximo año, ubicándose justo en ese espacio que existe entre CX-3 y CX-5.
Si bien el nuevo CX-30 utiliza una evolución del lenguaje de diseño Kodo, es bastante frecuente que haya confusiones respecto de las diferencias que existen entre cada uno de estos tres modelos, ya que se ven prácticamente iguales. Pues bien, la idea en esta ocasión es establecer una comparación a efecto de hacer más claras las diferencias entre los tres todocaminos de Mazda.
Antes de entrar en materia, hay que decir que la CX-3 es ahora la más veterana de las tres, seguida de la CX-5, por lo que resulta bastante fácil detectar la evolución del lenguaje de diseño desde la CX-3, hasta la CX-30.
En el rubro mecánico está claro que CX-3 utiliza el motor 2.0 litros, mientras que CX-30 y CX-5 comparten el 2.5 litros. En todos los casos, la transmisión es automática de seis velocidades. No hay que olvidar que Mazda acaba de lanzar una nueva versión GTX en el CX-5, que emplea el poderoso 2.5 litros turbo con 227 Hp.
De frente
El elemento de diseño más distintivo de Mazda es definitivamente la parte frontal, sin embargo, y aunque las similitudes son innegables, cada uno de estos tres modelos lo interpreta ligeramente distinto.
Mientras CX-3 tiene barras horizontales cromadas y unas luces de niebla de buen tamaño, en la CX-30 y CX-5 la gran barra cromada que traza la línea inferior de la parrilla se alarga hasta la parte inferior de los faros, que por cierto, son más alargados. Asimismo, la CX-30 presume de trazos más limpios, destacando la ausencia de los faros de niebla.
De perfil
Al observarlas de costado, es en donde mayores diferencias podemos encontrar debido a que tanto las proporciones como las medidas cambian. La CX-3 mide 4.275 mm, es decir 120 mm menos que la CX-30, que mide 4.395 mm, y que a su vez mide 150 mm menos que la CX-5, que cuenta con 4.545 mm.
Los trazos en la CX-3 son más marcados y a simple vista se nota cómo los arcos que dan forma a los pasos de rueda convergen en la unión de las puertas. Otro detalle que diferencia a la CX-3 de sus hermanas es la solución del poste C en color negro, que crea el muy popular efecto visual de un techo flotante.
La CX-30 tiene formas limpias y líneas discretas, destacan las protecciones plásticas más gruesas en comparación con las otras dos, cuenta con un perfil cromado en la parte inferior de la superficie acristalada y el ángulo de la parte trasera dobla drásticamente en la parte baja de la ventana. Por último, tenemos un alerón de mayor tamaño en color negro.
Por su parte, la CX-5 tiene proporciones menos alargadas y un techo que continúa plano hacia atrás. Las superficies plásticas son discretas y también cuenta con un perfil cromado en la parte inferior de las ventanas, aunque el ángulo de la parte final dobla más hacia el techo y es menos dramático.
De cola
Es en la perspectiva trasera donde la CX-3 luce más diferente en comparación con sus hermanas, con trazos más afilados, mientras que las luces son más grandes. Por su parte, la CX-30 nuevamente es la que muestra los trazos más suaves y redondeados, prácticamente la única manera de detectar las formas es mediante el reflejo de la luz.
Por último, la CX-5 podríamos decir que se encuentra entre CX-3 y CX-30, y si bien no exhibe trazos tan definidos como la primera, tampoco los tiene tan suavizados como la segunda. Eso sí, las ópticas traseras son mucho más parecidas entre CX-5 y CX-30.
Interior
Nuevamente se observa una clara evolución desde CX-3, pasando por CX-5 para llegar hasta CX-30. La CX-3 es innegablemente más juvenil, gracias a elementos como las salidas de aire circulares o la combinación de colores a un costado del tablero. La cabina es virtualmente idéntica a la del Mazda2.
La cabina de la CX-30, por su parte, es prácticamente igual a la del nuevo Mazda3, denota un diseño mucho más minimalista, con gran atención al detalle y bien ejecutado en acabados. Por último, la CX-5 también muestra un enfoque muy sobrio y minimalista, con pocos botones, aunque de formas bastante más planas en comparación con CX-30.
En cuanto al espacio interior, la CX-3 tiene 2.570 mm de distancia entre ejes, ofreciendo un espacio muy limitado para los ocupantes traseros, especialmente en altura, algo que resuelve en buena medida la CX-30 gracias a una ganancia de 85 mm entre los ejes, para un total de 2.655 mm. Por su parte, la CX-5 es apenas 45 mm mayor (2.698 mm), con lo cual no debiera haber demasiada diferencia entre estas dos últimas materia de espacio interior.
Por último, la CX-3 ofrece apenas 250 litros de capacidad de carga en el maletero, mientras que CX-30 entrega 430 litros y CX-5 está ene se mismo rango: 415 litros.
Mientras esperamos la llegada del nuevo SUV de Mazda, te invitanos a visitar nuestro catálogo de CX-3 (aquí) y de CX-5 (aquí), donde podrás conocer en detalle todas las versiones disponibles, los precios e incluso compararlo con otros modelos similares.