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¿Qué pasa si le pongo nitrógeno a mis neumáticos?

Existe una controversia sobre el uso de este gas en los neumáticos.

¿Qué pasa si le pongo nitrógeno a mis neumáticos?

En muchos talleres y también en algunos servicentros, es común que ofrezcan poner nitrógeno a los neumáticos en lugar de aire, aludiendo que existen varios beneficios, entre ellos: un mejor desempeño del automóvil, un desgaste más longevo de las ruedas y una mayor eficiencia. Todo esto se debe a que este gas hace que la presión dura mucho más tiempo que si se hace de manera convencional. Esto suena de maravilla, pero ¿es cierto esto?

Está comprobado científicamente que el nitrógeno tiene un mejor coeficiente de difusión que el oxígeno debido a que las moléculas son ligeramente más grandes y por lo tanto, la presión dentro del neumático es mayor.

Otro argumento para el llenado de nitrógeno es el menor riesgo de incendio. Por lo tanto, los neumáticos de los aviones comerciales, los autos de Fórmula 1 o los transportadores de mercancías peligrosas generalmente se llenan con nitrógeno en lugar de aire.

Esto tiene sentido, ya que estos neumáticos están expuestos a cargas extremas y podrían comenzar a quemarse bajo aceleraciones extremas en caso de un defecto o una presión de aire demasiado baja.

Encima de esto, el nitrógeno tiene la ventaja de que no es inflamable, incluso sofoca el fuego. Por otro lado, el oxígeno es la base de cualquier llama abierta, por lo que acelera el fuego. Sin embargo, esta ventaja no es transferible a los neumáticos normales, ya que las cargas de temperatura de los neumáticos que se producen en los aviones y en los monoplazas están lejos de alcanzarse en rodando en calles y avenidas.

Existe otro dato que es importante tener en cuenta antes de poner nitrógeno en los neumáticos, y es que el aire que respiramos está conformado por un 78 por ciento de nitrógeno. Respecto a un neumático llenado con este tipo de gas, este tiene aproximadamente de 93 a 95 por ciento. En otras palabras, la diferencia entre un neumático normal y uno lleno de nitrógeno es mínima.

Igualmente, asumiendo que la pérdida de presión relacionada con un neumático intacto se estima en 0.1 bar durante tres meses, queda claro que esta puede no ser la razón para reducir las pruebas regulares de presión del neumático. Debido a que existen otras posibles pérdidas de presión, como fugas o daños.

A su vez, las propiedades específicas del nitrógeno no influyen en esta pérdida de presión, porque el gas se escapa por un orificio en el neumático. Por lo tanto, el llenado con nitrógeno no exime la obligación verificar la presión regularmente, es decir, cada dos semanas.

Con todo lo anterior, se puede decir que poner nitrógeno en los neumáticos realmente no vale la pena, salvo que sea un auto de carreras. Basta comprobar regularmente la presión de los neumáticos y poner aire normal, para tener una serie de beneficios, como son la eficiencia en cuanto a consumo de combustible, evitar el desgaste prematuro de los neumáticos, seguridad al andar, un agarre optimo y un correcto confort de marcha.

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