La guerra contra Ucrania ha liquidado la industria automotriz rusa, o al menos la que compete a los fabricantes internacionales. Tras la marcha del país de grupos como Ford, General Motors, Volkswagen, Renault y Toyota, ahora es el turno de Nissan, que acaba de anunciar su salida de Rusia.
La compañía japonesa ha aprobado la venta de sus operaciones locales a NAMI, el Instituto Central de Investigación y Desarrollo de Automóviles y Motores. Los términos del acuerdo incluyen la transferencia de todas las operaciones de Nissan Manufacturing Russia LCC (NMGR) a NAMI para futuros proyectos de vehículos de pasajeros, pero se deja una cláusula que permitirá recomprar la entidad y sus operaciones dentro de los próximos seis años.
El acuerdo incluye la fábrica de producción y ensamblaje, además del centro de I+D que Nissan tiene en San Petersburgo, y el Centro de Ventas y Marketing localizado en Moscú. El acuerdo incluye también que los actuales empleados de NMGR reciban una protección laboral de 12 meses.
Nissan indica que su salida de Rusia tendrá un impacto de aproximadamente 690 millones de euros. Nissan fue la novena marca más vendida en Rusia con 51.338 unidades, y en Rusia producía los modelos Murano, Qashqai y X-Trail.
Makoto Uchida, CEO de Nissan, ha comentado que se trata de la mejor solución para apoyar a la plantilla rusa y, lógicamente, reservarse el derecho de regresar en un corto espacio de tiempo: «Si bien no podemos continuar operando en el mercado, hemos encontrado la mejor solución posible para apoyar a nuestra gente».