Mientras que Rolls-Royce tiene el Espíritu del Éxtasis en sus vehículos, Cadillac tiene a la Diosa, la cual regresa a la vida seis décadas después de su desaparición.
La figura de la Diosa, que debuto en 1930 y estuvo presento en los autos Cadillac por casi tres décadas. Aparecerá de nuevo en el Cadillac Celestiq, el buque insignia eléctrico de la firma de lujo estadounidense.
La Diosa de Cadillac estuvo colocada sobre los capó de los Cadillac desde 1930 hasta 1956, y luego apareció de manera breve en el icónico Eldorado Brougham de 1959, antes de desaparecer definitivamente. Ahora, en el Celestiq, no estará ubicado en el capó, pero sí en el panel frontal del auto, en un placa de aluminio que proclama que el auto está en Detroit.
Otra Diosa podrá apreciarse por los usuarios al momento de cargar el auto, pues aparece como emblema por encima del puerto de carga.
La Diosa también podrá encontrarse en el control de aluminio del sistema de infoentretenimiento, la que está retroiluminada y envuelta en vidrio. Aquí un dato interesante, la Diosa siempre se mantiene recta, pues el control gira de manera independiente.
Cadillac afirma que la Diosa es el “nuevo símbolo de personalización de la marca, artísticamente hecha a mano” y denota lo exclusivo que es el Celestiq. Adicional, la firma de lujo señala que esto “marca el inicio en Cadillac, de resucitar a la Diosa como una inspiración, para la nueva generación de vehículos, llevando a la marca a un futuro completamente electrificado”.
Como consecuencia de lo anterior, el escultor Richard Wisquist tuvo la tarea de crear una nueva Diosa que marcará el futuro de Cadillac, al mismo tiempo que abrazaba el pasado. El resultado es un diseño que se inspiró en la Diosa de 1933 y que estará presente en los futuros productos de la marca.
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