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Probamos la nueva Toyota Hilux GR-Sport IV antes de su llegada a Chile

La recién estrenada versión deportiva off-road de la pick-up se acaba de poner a la venta en Argentina.

Probamos la nueva Toyota Hilux GR-Sport IV antes de su llegada a Chile

Hace unas semanas te presentábamos la cuarta iteración de la Toyota Hilux GR-Sport, la versión más deportiva a la fecha de la afamada pick-up y que debería aterrizar en Chile este mismo año. Y ahora te entregamos una primera impresión de manejo realizada en Argentina, cuna de la tradicional camioneta mediana. 

La historia de la Hilux GR-Sport es muy peculiar, ya desde el lanzamiento de la primera entrega en 2018 (llegada a Chile en 2019), se fue actualizando a un ritmo de casi un lanzamiento por año y ahora llega en su variante más desarrollada.

Para esta generación, la gran mayoría del desarrollo fue hecho en Argentina, especialmente el trabajo de suspensiones, al que hay que sumarle la variante potenciada del 2.8 TDi que debutó en la tercera entrega

Ir haciendo las cosas bien fue lo que permitió seguir avanzando hasta hoy que la Hilux GR-Sport IV ya es un producto global

Destacados mecánicos en la Hilux GR-Sport IV

  • Trochas ensanchadas, 150 mm adelante, 140 mm atrás
  • Despeje aumentado en 20 mm
  • Amortiguadores y resortes específicos
  • Barra estabilizadora más larga
  • Frenos de disco traseros
  • Carrocería ensanchada
  • Elementos aerodinámicos
  • 2.8 TDi 224 Hp y 550Nm, caja AT6 recalibrada

Para el ensanchado se colocaron brazos de suspensión delanteros más largos, esto también permitió colocar el anclaje del amortiguador más cerca del extremo, lo que mejora el control de la masa.

Atrás hay un eje nuevo, más largo, esto también permitió colocar los amortiguadores por fuera del elástico lo que mejora el control.

La marca comenta que la barra de San Antonio no está ahí por pura facha y mostró una gráfica donde se ve que limpia el flujo aerodinámico en la zaga.

Toyota Hilux GR-Sport a prueba

La prueba inicia fue en pista, y es el lugar menos apropiado para una camioneta, por su peso, altura y tipo de neumático. Apenas el tren delantero chilla, ya no hay más agarre, y acá es muy fácil hacerlo chillar. Ante esto, hay que reconocer que la GR-Sport apunta mejor, resiste más al subviraje, pero sobre todo, doblaba más plano.

La estabilidad también se traduce en un andar rutero más seguro, especialmente en caso de cambio de carril rápido o esquive ante una emergencia.

Luego nos fuimos a su hábitat natural, con un camino trabado, alguna recta con salto, un par de retomes, y una chicana amplia en medio de una recta larga. Y acá es más o menos lo mismo, más estabilidad, menos rolido, pero sobre todo más control y contacto en velocidad cuando las cosas se ponen más saltarinas.

Nos salimos del camino y anduvimos en varios momentos por lechos de ríos donde hay que ir lento y todo se sacude en el interior. Si bien las virtudes GR-Sport de la Hilux salen a relucir cuándo se toma más envión, se nota que mejoró el confort, especialmente atrás.

Conclusiones: no comparen con Raptor

Lo primero: no entren a comparar este camioneta con una Ford Ranger Raptor o incluso una Volkswagen Amarok V6. Creo que estamos mezclando manzanas verdes con rojas.

Amarok y su V6 es un misil, pero no tiene enfoque off-road, Ranger Raptor en sus dos generaciones es un torpedo off-road, pero tiene un grado de preparación mayor, algo que se ve reflejado en el precio muy superior.

Hilux GR-Sport fue pasando de ser un producto con una estética diferenciada y sin retoques mecánicos, a abandonar casi toda pegatina en favor de componentes de carrocería y mecánicos. Podría ir mucho más lejos, es cierto, pero también subiría mucho su precio. En este caso, la marca buscó un lugar propio y lo encontró.

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