En menos de un año, Fisker Automotive ha vivido un torbellino: pasó de presentarnos su gama completa de modelos a estar a un paso de la bancarrota.
Parecía existir una luz al final del túnel ya que este fabricante de automóviles estadounidense con sede en Anaheim, California se encontraba en conversaciones con Nissan para una inyección de capital que podría mantener el plan de la compañía, pero de acuerdo con Reuters, estas negociaciones se han roto.
A pesar de que Fisker detuvo la producción durante seis semanas para centrarse en la venta de las existencias de modelos restantes con el fin de mitigar nuevas pérdidas financieras, al parecer no fue suficiente.
En Estados Unidos y Europa (Holanda), Fisker está aplicando unos enormes descuentos con el fin de poder liquidar su inventario. Estos van desde los 14 mil a los 24 mil dolares en Estados Unidos y casi 20 mil euros del otro lado del charco, en todas las versiones del Ocean.
Adicionalmente, la Bolsa de Nueva York -NYSE- detuvo la cotización de las acciones de Fisker debido a su precio "anormalmente bajo", ya que las acciones cotizan a sólo 0,020 dólares por título.
Actualmente, la deuda del fabricante especializado en autos eléctricos asciende a 8,6 millones de dólares en intereses, misma que aplazó mientras estaba en negociaciones para la inversión de un socio. Además de Nissan, entre los interesados figuraba un inversor polaco pero fue descartado por el alto coste que suponía su entrada. Ahora que sabemos que las negociaciones fracasaron, habrá que ver cómo planean saldar la deuda.
Aunque oficialmente, Fisker no se ha declarado en bancarrota, tendría que ocurrir un milagro para evitarlo.