Parece increíble, pero ya pasaron 23 años desde el estreno de Rápido y Furioso (The Fast and the Furious), y una de las partes más interesantes es cuando Dominic Toretto y su equipo van a la Carrera del Desierto, donde Jesse pierde su VW Jetta/Vento frente a un Honda S2000, pero también es donde Letty Ortiz le gana a un Mazda RX-7 con su Nissan 240SX.
Por lo general, cuando hablamos de esta icónica saga de películas, los primeros autos que nos vienen a la mente son los Nissan Skyline, Toyota Supra o Dodge Charger, pero rara vez se habla del Nissan 240SX violeta de Letty (Michelle Rodríguez), que tiene una historia curiosa pero trágica.
Craig Lieberman, asesor técnico de la primera película señaló que se usaron tres unidades para la filmación: las primeras eran dos autos “extra” denominados "Stunt One" y "Stunt Two", los cuales no tenían nada especial más allá de la estética, y eran usados en escenas menos complicadas.
Sin embargo, la estrella, que aparecía cuando se requería velocidad, se trataba de un auto que realmente estaba modificado y hasta fue arrendado para la película. En realidad, el auto era menos llamativo ya que originalmente era plateado, pero el propietario aceptó que se instalara un kit Zeal y que su 240SX fuera pintado en un tono violeta.
Este auto tenía bajo el capot un glorioso motor SR20DET correctamente modificado para alcanzar los 395 Hp, cifra que sigue siendo sorprendente para un cuatro cilindros y al mismo tiempo nos recuerda el motivo por el cual estos propulsores son altamente valorados en el mundo del tuning.
Al llegar la fama, este 240SX paso unos buenos días, y después de haber sido usado para posar en numerosas revistas y de haber asistido a varios eventos en Estados Unidos, su dueño decidió darle la vuelta a la página y al poco tiempo lo devolvió a su estado original con la carrocería plateada.
Luego de devolverlo al estado original, el dueño decidió venderlo en 2009, y a partir de ahí empieza la pesadilla, ya que el nuevo propietario, tal vez sin saber la joya que tenía entre manos, desarmó el tren motriz y vendió el chasis a un depósito de chatarra.
Con este final, la historia parece haber terminado, porque todo indica que el chasis terminó siendo compactado, y tampoco hay pistas de adonde fue a parar el motor. Así que lamentablemente, todo parece indicar que este auto que alguna vez fue una estrella, terminó siendo vendido por partes.
Solo podemos esperar que al igual que Letty, este 240SX nos sorprenda apareciendo en algún lado, pero lo vemos bastante dificil.