Varios factores contribuyen a la sólida imagen de China en la industria automotriz mundial. Uno de ellos, es el margen en el costo de producción, especialmente en lo que respecta a la electrificación.
De hecho, el tiempo de desarrollo es radicalmente más corto en comparación con las marcas occidentales. Un vehículo chino cambia de generación en la mitad de tiempo que lo hace un modelo europeo, generando la sensación de novedad y un catálogo siempre renovado. Sin mencionar la inversión de los fabricantes chinos en tecnología, que causa un interés inmediato en las audiencias.
Se calcula que China exportará este año unos 3 millones de coches y que en 2030, serán 9 millones. Según explica el estudio, incluso el aumento de los impuestos para los vehículos procedentes de China, determinado por el Gobierno estadounidense, no debería obstaculizar el crecimiento. En la actualidad, marcas como BYD, GWM y Geely representan el 21% de todas las ventas mundiales y, dentro de seis años, el total podría alcanzar el 33%.
Panorama Mundial
Región | Participación 2024 | Participación 2030 |
---|---|---|
Global | 21% | 33% |
China | 59% | 72% |
Rusia | 33% | 69% |
Europa | 6% | 12% |
América del Norte | 1% | 3% |
América Central | 7% | 28% |
Medio Oriente y África | 8% | 39% |
"Las marcas chinas valoran elementos que el cliente pueda disfrutar, como el diseño y un habitáculo bien equipado. También una clara ventaja en los costos sobre sus rivales", concluyó Andrew Bergbaum, consultor de AlixPartners responsable del estudio.