Por todos es sabido, que tarde o temprano, la electromovilidad se impondra en la industria automotriz. El tema está en qué plazo ello será una realidad absoluta para todo el mundo (a nivel de fabricantes y consumidores me refiero). Por cuanto durante la década pasada, todo apuntaba a que el auto eléctrico sería el reemplazo absoluto del de combustión. En lo que va de la presente década, la demanda de autos eléctricos sigue siendo lenta, a pesar de excepciones a la regla como son China y Noruega, por cuanto hay dos limitantes que siguen siendo fundamentales: el precio de los vehículos y la disponibilidad de puntos de carga.
El CEO del BMW, Oliver Zipse tiene muy claro el panorama al respecto, y señala que los cambios deben ser impulsados por los consumidores y no por los políticos. De ahí que la compañía que dirige cree que los reguladores están presionando demasiado en pos de los autos eléctricos, llegando a señalar: "Sólo un enfoque integral puede facilitar y estimular la inversión. Porque, como tecnología independiente, la movilidad eléctrica conduce a un callejón sin salida, eso ya ha quedado claro. Las diferencias son simplemente demasiado grandes, incluso dentro de Europa".
Si las palabras del Zipse las aterrizamos a nivel local, recordemos que durante 2024, la venta de autos de cero y bajas emisiones, ANAC estima preliminarmente que se comercializaron en el año 18.891 unidades, incluyendo todas las tecnologías, representó el 6,2% del total de venta de autos cero kilómetros. De ellos, 4.500 correspondieron a autos 100% eléctricos, apenas un 1,48% del total, tomando en cuenta que las ventas totales de autos nuevos sumaron 302.366 unidades.
