Demoró más de la cuenta, 8 años para ser exactos, quizás por el énfasis que la marca puso en materia eléctrica en el último tiempo, pero ya debutaron oficialmente las nuevas generaciones del Audi Q5 y Q5 Sportback. El SUV se estrenó a fines de 2024 y el deportivo lo hizo hace sólo unas semanas en Munich.
Se trata de la tercera generación del modelo (segunda del Sportback), que no solo recibe cambios estéticos exteriores e interiores, sino que modifica la plataforma sobre la que se construye, sus motores y mucho más.
Este Audi Q5 fue nominado al premio World Car of the Year en los World Car Awards 2026, y esto nos permitió manejarlo por los alrededores de la ciudad de Los Angeles (California). Y no fue sólo el Q5 normal, sino también la versión deportiva SQ5. Vale decir que ambos modelos están confirmados para llegar a Chile en diciembre próximo, procedentes de la moderna planta de Audi en San José Chiapa, en México.

Audi Q5 / SQ5: características generales
Podríamos decir con absoluta certeza de que el Audi Q5 es un modelo totalmente nuevo. De hecho, se monta sobre la nueva plataforma PPC (Premium Platform Combustion), que debutara originalmente con la nueva generación del A5, y que es una versión evolucionada de la MLB Evo anterior. La marca dice que utiliza adhesivos estructurales mejorados y nuevos métodos de soldadura, utilizando alrededor de 6.500 puntos por carrocería, con el fin de elevar sustantivamente la rigidez torsional y esrtructural.
Pese a utilizar una base nueva, las dimensiones generales del modelo apenas cambian. El Audi Q5 mide 4.717 mm de largo y es 35 mm más grande que el modelo saliente, pero mantiene las mismas medidas en anchura (1.900 mm), altura (1.647 mm) y distancia entre ejes (2.820 mm). El maletero tampoco cambia y se mantiene en 520 litros.

El chasis recibe modificaciones enfocadas en mejorar su calidad conductiva, con amortiguadores de tipo FSD (Frequency Selective Damping) que varían su recorrido en función de la frecuencia y amplitud de los baches. Y está la opción de suspensión de muelles neumáticos y amortiguadores de dureza variable, que permite modificar la altura de la carrocería (nuestro SQ5 venía con ella).
Los motores también son nuevos y electrificados. De entrada se ofrece un 2.0 TSI de cuatro cilindros, que ofrece 272 Hp y 400 Nm de torque, y que cuenta con tecnología microhíbrida de 48 voltios, apoyada en una batería de 1,7 kWh y un motor eléctrico de 24 Hp y 230 Nm, que le ayuda a quitar carga al motor a combustión para volverlo más ágil y eficiente. El SQ5 es impulsado por el conocido V6 Turbo de tres litros, que puede llegar hasta los 367 Hp y 550 Nm de par.
Ambas versiones cuentan con una caja automática de doble embrague de 7 cambios S-tronic y tracción en las cuatro ruedas.

En cuanto al diseño, el Q5 gana algo de expresividad por líneas más marcadas. Mantiene una gran parrilla frontal como protagonista, faros delgados y afilados, que por cierto, cuentan con la segunda generación de tecnología matrix LED que permite cambiar el diseño de la propia firma de luz. En la zaga cuenta con luces unidas al centro y que, como en la generación pasada, pueden modificar su patrón de luz para alertar al conductor que venga detrás de nosotros que esta muy cerca del auto.
Las diferencias entre el Q5 y el SQ5 están claramente a la vista, con muchos elementos oscurecidos (logos, parrilla, barras de techo, marco de los vidrios y más), un parachoques más agresivo, llantas Audi Sport más grandes y pinzas de freno con color, entre otros.

En cuanto al interior, esta tercera generación de la Audi Q5 nos ofrece el diseño más futurista estrenado en el A5 y A6, y un completo arsenal tecnológico.
Sobre el tablero cuenta con un gran marco curvo que alberga dos pantallas, y que la marca denomina MMI panoramic display. La primera de 14,5” para el sistema de infoentretenimiento, la segunda es el cuadro de instrumentos de 11,9”. Las dos unidades que pudimos probar en Los Angeles contaban, además, con una tercera pantalla de 10,9" frente al copiloto, aunque es un opcional, como también lo es el head-up display con realidad aumentada.

Como buen modelo de nueva generación, la presencia de botones y mandos físicos es más bien simbólica, con unos pocos puestos en la parte alta de la consola. Pero ni el climatizador ni el sistema de audio se salvan, por lo que todo es táctil desde la pantalla (aunque hay accesos directos) o capacitivo desde el volante.
Lo bueno es que el sistema de infoentretenimiento es Android Automotive, que tiene una interfaz extremadamente simple y amigable, además de ser extremadamente rápida. La gráfica y resolución de los mapas es simplemente espectacular. También son una gran mejora un cargador inalámbrico para celular de alta potencia y con salidas de aire acondicionado para mantener frío nuestro dispositivo, y los enchufes USB-C que pueden dar hasta 100 Watts de poder para cargar un computador de ser necesario.
El equipamiento es tan abundante que no vamos a entrrar en detalles, pero imaginen asientos deportivos de cuero con ajuste eléctrico y climatización, techo panorámico y un paquete de asistencias a la conducción muy completo.

Demás está decir que el ambiente premium del habitáculo es muy superior al viejo Q5, pese a que hay algunos plásticos negro brillante que son más cuestionables, por lo fácil que se ensucian. Hay materiales der tacto gomoso, otros muy agradables por sus texturas, y los dos tapizados de cuero probados destacan por su sensación de calidad.
Como siempre, hay mucho espacio para los pasajeros traseros, manteniendo una postura óptima y mucho espacio para rodillas y cabeza, aunque el pasajero de la plaza central irá incómodo por el voluminoso túnel. Además, se pueden mover longitudinalmente y ajustar los respaldos en dos posiciones.
Los asientos delanteros son grandes y cómodos, y las butacas del SQ5 son más ajustadas pero nada incómodas. Además que hay múltiples regulaciones para volante, espejos y asientos, por lo que la óptima posición de manejo se encuentra rápido.
Audi Q5 / SQ5: impresión de manejo

Con cualquiera de las dos versiones, el Audi Q5 resalta por esa sensación de vehículo premium. No sólo sentado en el habitáculo, sino especialmen6e cuando se maneja. Es un producto de calidad y se transmite fielmente al conductor.
Es confortable con ambas suspensiones, aunque con la neumática del SQ5 es extraordinariamente suave, y tiene el aplomo suficiente para darte seguridad. La marca indicó que habría una diferencia mayor en la puesta a punto de los modelos dpeortivos de los que no, pero salvo por detalles, ambos me parecieron muy cómodos y muy aplomados.

Se puede mantener un buen ritmo con facilidad y seguridad, ir rápido en autopistas y disfrutar de las curvas en las carreteras de montaña como las que usamos en nuestra prueba en Pasadena, al norte de Los Angeles. Es un auto que pese a haber ganado peso, se siente ágil y muy confiable. O como dijo un colega mexicano, es un auto noble que no busca sorprender al conductor con cosas raras.
Si apuramos la marcha, el SQ5 saca a relucir sus galones, no sólo por su mayor potencia, sino porque la suspensión neumática le permite reducir la altura de la carrocería, bajando el centro de gravedad.
Lo claro es que el nuevo Audi Q5 dejará muy conforme a quienes busquen un SUV urbano para el día a día, o un vehículo para uso mixto. No es un gran deportivo porque es un SUV, a no olvidarlo. Pero el dinamismo propio de Audi está claramente presente.