GT-Line es un paquete de acabados de diseño distintivo y equipamiento único que Kia comenzó a incorporar en Chile con la llegada en enero de la nueva generación de la Sportage. Pocos meses después lo sumó en la Sorento, y ahora lo hace debutar en el nuevo Optima.
Mecánicamente, el Optima GT Line incorpora un motor exclusivo 2.4 litros GDi (inyección directa) con 185 caballos de fuerza y 241 Nm a las 4.000 rpm. Son 35 Hp y 45 Nm más que en el bloque de dos litros del Optima normal, lo que le permite a Kia ofrecer una alternativa real a otros sedanes del segmento, como el Mazda 6, el Subaru Legacy y el Honda Accord, todos con opciones de dos litros y medio.
Este motor está asociado la misma caja automática de seis velocidades que ya monta el Optima 2.0. Tiene suspensión delantera McPherson y trasera multilink, con dirección eléctricamente asistida y frenos de disco en las cuatro ruedas.
Estéticamente, esta versión GT-Line incluye llantas de 18 pulgadas (235/45 R18), parrilla oscurecida, luces de xenón, cálipers de freno rojos, sunroof panorámico, difusor trasero y doble salida de escape.
Al buen nivel de equipamiento que ya tiene la gama Optima (smart key, control crucero, climatizador, bluetooth, sensor de lluvia, control de estabilidad, sensores delanteros y traseros y seis airbags, entre lo principal), Kia agrega a esta versión GT-Line tapiz de cuero negro con costuras rojas, un sistema de audio premium Harman/Kardon con pantalla táctil de 5”, cargador inalámbrico de teléfonos, computador a bordo con pantalla LCD de 4,2”, asientos delanteros con ajuste eléctrico y memoria, cortinillas en las puertas traseras y pedalera de aluminio.
En materia de seguridad incorpora un séptimo airbag en las rodillas del conductor, cámara de retroceso, sensor de punto ciego, alerta de tráfico cruzado y monitoreo de presión de neumáticos.
El Kia Optima GT-Line 2016 tiene un precio de $ 20.990.000. La marca quiere vender entre 10 y 20 unidades al mes.