Chevrolet presentó a principios de año la revisión a su crossover/SUV compacto de entrada, el Tracker. De procedencia coreana, le ha servido a la marca del corbatín a posicionarse en el segmento más popular del país y a introducir un peldaño previo a la popular Captiva. Llegado a Chile el 2013, presentó expectativas de venta cercanas a las 3500 unidades. Pero con el pasar del tiempo y la creciente competencia, estas cifras fueron cayendo, que es a lo que apunta este refresco de media vida, volver a hacer notable al Tracker como alternativa de compra, algo que en el 2013 era mucho más fácil de lograr que en este año. Así que, para efectos de nuestra prueba, tomamos a la versión más equipada LT 6AT AWD Full, a un precio de $15.790.000.
Al día
Lo más evidente es claramente el tema de diseño. Si bien la mayoría de los cambios en la zaga y en el perfil son muy discretos, remitiéndose a nuevos focos LED, nuevo parachoques trasero y la incorporación permanente de llantas 18" para todas las versiones, es la fascia frontal la que recibe los cambios más notables, alineándose con el lenguaje de diseño actual de la marca. Esto significa que encontramos focos más pequeños con sistema LED de uso diurno, nuevas carcasas para los neblineros y la deconstrucción de la que hasta la revisión anterior era la clásica parrilla de Chevrolet, con un listón entre medio de la gráfica de la parrilla, donde se ubicaba el logo de la marca, una herencia de las camionetas y SUV de la marca, que se fue reestilizando para incorporarse a los modelos de pasajeros. Ya no más. Con la introducción del Camaro de sexta generación, la sección superior de dicha parrilla se comprimió para imitar un "bigote" que es el estilo que llevan hoy tanto el Camaro como el Cruze y otros modelos de la marca, mientras que la sección inferior se prolongó para dar paso a una toma de aire más agresiva y que en el caso del Tracker viene delineada por un fino marco cromado. Con esto, se le entrega un look mucho más elegante y atrevido, que le luce muy bien.
Sus dimensiones se mantienen, 1657 mm de alto, 1774 mm de ancho, 4278 mm de largo, 2555 mm de distancia entre ejes y 528 litros de maletero, este uno de sus fuertes más importantes. Sus rivales, como el Jeep Renegade, Chery Grand Tiggo, Renault Captur, Suzuki Vitara o Hyundai Creta, son un poco más pequeños y sus maleteros no alcanzan ni siquiera los 500 litros.
Interior con look de Opel
El Tracker original del 2013 contemplaba un diseño interior que si bien tenia cierto atractivo, no tenía la mejor de las calidades, con respecto a sus polímeros, sin contar su marcada similitud con los interiores del Spark y Sonic. Simétrico, como en la mayoría de los Chevrolet, con los comandos de fácil acceso, pero alejado de una calidad mayor. Hoy, la Tracker luce mucho más refinada y actualizada. Se dejan de lado las formas geométricas más marcadas, por una consola mucho más curvilínea y que cuenta con un panel de tacto suave, con tapiz de cuero sintético que recorre el largo completo de esta, fácil de notar por sus costuras y que nos recuerda mucho a Opel. También se han eliminado algunos plásticos en color aluminio brillante, reemplazados por polímeros en negro mate, mucho menos aspiracional y más sobrios. En el caso de esta versión se cuenta con asientos bitono con costuras naranja, aunque claro, la suave tonalidad cargada a los beige del interior, podría lucir mucho mejor si fuesen colores monocromáticos. Sin embargo, estos detalles no alcanzan a maquillar por completo todo el interior, por lo que seguimos encontrándonos con polímeros toscos en puertas y varias zonas del auto.
¿Recuerdan los clúster mixtos de Chevrolet? Inspirados en los instrumentos de una moto, se caracterizaban por un tacómetro análogo y una pantalla de LCD donde se mostraba la velocidad, el combustible y otros datos vitales. Apareció como un rasgo de diseño único en el Spark y después se fue portando en los modelos más juveniles de Chevrolet. Sin embargo, al parecer, la recepción no fue muy buena, por lucir un tanto austera, por lo que aquí se ha vuelto a un clúster con dos relojes convencionales y una gran pantalla que es donde ahora se concentra el computador a bordo del auto. También, el sistema de audio anterior, muy anticuado, fue reemplazado por el nuevo sistema multimedia MyLink2 de Chevrolet con pantalla táctil y soporte para Apple CarPlay y MirrorLink.
La postura al volante es alta, pero no incomoda, claramente haciendo énfasis en el look SUV de este modelo. Cuenta con excelente visibilidad frontal, no así hacia la zona posterior, culpa de ventanas muy pequeñas y una línea de la cintura muy ascendente. La habitabilidad es excelente, pudiendo caber cinco personas cómodamente. Llama la atención que en los asientos traseros hay dos tipos de bolsillos portaobjetos, uno de cuero liso y otro con una malla en el otro asiento. Bajo estos, están ocultos los ductos de ventilación para las plazas traseras, algo que se agradece en materias de confort.
Sobre el equipamiento, debemos notar que, en cuanto a confort, no hay nada mucho que le falte, siempre que comiences a mirar desde las versiones LT -ya que la versión LS de entrada ni siquiera cuenta con ABS, es mejor obviarla. Con esto nos referimos a espejos eléctricos calefaccionados, tapiz de cuero sintético, alzavidrios eléctricos (one-touch en todas las plazas), control crucero, comandos al volante, sistema de acceso con SmartKey y botón de encendido, apoyabrazos para conductor y plazas traseras, focos delanteros con lupa y LED de uso diurno, rieles en el techo, entre lo principal. Donde están las más grandes falencias es en seguridad ya que el modelo LT de serie lleva doble Airbag, frenos ABS+EBD, anclajes ISOFIX, sensor de retroceso, cámara de retroceso y nada más. Solo recién en las versiones AWD encontramos frenos de disco en el eje trasero y en nuestra versión full, recién aparecen 6 Airbags, el control de estabilidad, más algunos elementos más modernos como alerta de trafico cruzado o testigo de punto ciego.
El facelift no llegó al motor
Lamentablemente el Tracker, en cuanto a su mecánica, se quedó en el 2013. Muchos esperábamos un cambio al motor 1.4 Turbo que lleva su hermano premium, el Opel Mokka. Sin embargo, aún hay que vérselas con el 1.8 Ecotec con VVT/VIM, de 140 Hp y 178 Nm de par, asociado a una caja automática de 6, con tracción AWD on-demand. De andar es un tanto pesado y la caja automática tampoco ayuda mucho, puesto que tiende bastante a arrastrarse y patinar. Hay una opción de cambio manual, con un poco práctico botón en el pomo, una deficiencia en diseño que llevan otros autos de la marca. De consumo, en promedio logramos cerca de 9,6 km/l mientras que el 3CV estima cifras cercanas a los 11 km/l. Frente a sus rivales, lamentablemente es de los más gastadores, viéndose penalizado por la tracción AWD y por la mayor cilindrada. El Mokka, con el motor Turbo, ofrece un mayor performance y un consumo promedio cercano a los 14 km/l.
En lo dinámico, también sucede lo mismo que arriba, con una dirección que no está bien asistida y que no desmultiplica muy bien según la velocidad, sintiéndose un poco más liviana de lo que nos gustaría en carretera. Los frenos también son algo largos y la suspensión, si bien es de esas que no son muy duras ni muy blandas, tampoco es muy refinada, si bien es de vocación más urbana. Lo que sí, está bien insonorizado y la tracción permite tener una sensación extra de seguridad en curvas cuando ya se ha ganado velocidad.
Conclusión
Lo que nos sucede con el Tracker es que los tiempos han pasado muy rápido y Chevrolet ha tratado de reaccionar a estos cambios, apuntando correctamente en algunos ítems y en otros no tanto. Mientras otros fabricantes han logrado actualizar sus motorizaciones o transmisiones, así como ajustar sus precios, al Tracker le ha faltado tracción. Es un segmento brutal, muy exigente y sobrepoblado, de alta demanda y donde las marcas se están jugando el todo por el todo.
Lo que si debemos puntualizar es que tiene cartas muy buenas a su favor, como un diseño moderno, alta conectividad, buen confort y una notable habitabilidad, pero a expensas de un tren mecánico más gastador y que se percibe obsoleto, al igual que un andar menos refinado que en modelos más nuevos. Si estas cosas no están en tu prioridad, no andas corriendo y quieres un auto compacto, pero de buen tamaño interior y agradable para viajes, puedes echarle un vistazo.
Por otro lado, tenemos los precios, donde el modelo base es prácticamente olvidable y el modelo Full que es el que tiene todo en seguridad, sobrepasa los 15 millones de pesos, que es justo donde empezamos a mirar modelos más grandes, más seguros o más refinados. Si estas interesado en uno, nuestra recomendación es comenzar a mirar los modelos LT intermedios, donde no gastaras tanto y no te perderás de mucho equipamiento de confort, con el que podrás disfrutar el Tracker.