Era una resolución de campeonato de difícil pronóstico la que se dio este fin de semana en Australia, pero al final se dio la lógica y el título se quedó en manos de quién arribó a la última fecha del Mundial de Rally como puntero: el francés Sebastien Ogier.
Al mando de su Ford Fiesta WRC por última vez (ya se confirmó que regresa a Citroën en 2019), Ogier debió abrir y limpiar ruta en la primera jornada del Rally de Australia, y mantener a raya a su rival más directo en la lucha por el título, el belga Thierry Neuville (Hyundai), quien nunca pudo ponerse por delante de su rival, de quien lo separaban escasos 3 puntos.
Instalado entre el sexto y séptimo lugar, Ogier comenzó a sufrir el sábado cuando el tercer piloto con opción al título, el estonio Ott Tänak (Toyota), alcanzaba la punta de la carrera y sumaba 25 unidades.
Pero el domingo todo cambió. Neuville abandonó en la penúltima especial del día y Tänak lo hacia en la última, asegurando el sexto título consecutivo de Ogier, quien remató la carrera en quinta posición, a 2:30 minutos del ganador, el finlandés Jari-Matti Latvala (Toyota), quien su victoria del domingo dio a la marca japonesa su cuarto título de constructores.
Así, el campeonato de pilotos finalizó con Ogier en la punta con 221 unidades, seguido de Neuville (201) y Tänak (181). En constructores, Toyota sumó 368 puntos, seguido de Hyundai (341) y de Ford (328).
Con su sexta corona, Ogier se instala ahora a sólo tres campeonatos del récord de Sébastien Loeb, y considerando que se va a Citroën a partir de 2019, marca que mostró un repunte interesante en la parte final del campeonato, no sería descabellado que siguiera acercándose más aún.
Para Toyota, que regresó en 2017 después de 17 años de ausencia del mundial, conseguir su cuarta corona en sólo su segundo año es todo un logro. En 2019 mantendrá a sus dos pilotos estrellas, por lo que sus opciones
