Algunos dirán que es el NSX, otros que el descontinuado Legend. Sin embargo, el Accord ha sido, es y seguirá siendo el ícono de Honda, el buque insignia en un mercado que globalmente se ha puesto demasiado adicto a los SUV, un segmento donde, por cierto, la marca tiene puestas muchas de sus fichas con una gama de cuatro modelos y un quinto por llegar.
El Accord tiene más de 40 años de vida y acaba de lanzar en Chile su 10ª generación. ¡¡¡Décima!!! Sólo por este hecho es que merece el mejor de los devenires en nuestro mercado.
Pero creo que eso no será posible, porque en ese segmento de precios los SUV son los reyes. Y si alguien quiere un buen sedán, lo más probable es que escoja uno de marca premium y no el Accord.
Son malos tiempos para los sedanes grandes de marcas generalistas. Quizás por eso es que Honda reinventó su nuevo Accord con el fin de competir más decididamente con modelos de alta gama. Y tan bueno fue el trabajo, que ganó el premio al Auto del Año en Norteamérica hace menos de un año.
Este premiado sedán es el que se vende en Chile en versión única a un precio de $26.990.000, aunque hay bonos de financiamiento disponibles.
Nuevo estilo
El nuevo Accord mantiene relativamente estables las grandes medidas de su antecesor, que ya era muy grande (4.88 m de largo, 1.86 m de ancho, 1.46 m de alto), salvo por la distancia entre ejes, donde aumenta casi 6 cm para quedar en 2,83 metros.
Obviamente que este incremento se verifica en una cabina mucho más amplia, con plazas delanteras más centradas y alejadas de las puertas, y puestos traseros muy generosos, donde tres ocupantes de cualquier tamaño se sienten muy a gusto.
A pesar de este gran tamaño, el Accord no se siente voluminoso. La nueva silueta tipo fastback, que replica en parte lo que debutara en el Civic, nos recuerdan aquellos tiempos en que el Accord era una especie de hatchback con portalón incorporado.
Obviamente que la silueta nos recuerda a un coupé más que a un sedán tradicional, con un tercer cuerpo más disimulado pero real, un pilar C muy recostado, y una grata sensación de las proporciones que hacen que se vea elegante y rompedor.
Diría que ya no es el típico sedán para médicos entrados en los 60, que con tanta sorna se comentaba entre pasillos, sino que ahora es un auto para gente muchísimo más joven y atrevida, que no se deja embaucar por los SUV.
El frontal luce una versión más agresiva de la conocida parrilla Solid Wing Face, caracterizada por un grueso listón cromado que une ambos grupos ópticos, y de la que cuelga la H de Honda al centro. Por supuesto que son grupos ópticos no vistos antes en la marca, compuesto por finos perfiles LED enmarcados en cromo negro brillante. Bello acabado, sin duda.
En la zaga destacan los focos en forma de C que hemos visto en otros modelos Honda. ¿En resumen? Un Civic más grande, pero más maduro y refinado.
Más de todo por dentro
En el habitáculo se replica el estilo exterior, partiendo por la materialidad y los acabados, que están a la altura de cualquier auto de una marca de alta gama.
Hay cuero de calidad en varias partes, elementos en madera y aluminio oscurecido, y no encontré ningún polímero que me desagradara al tacto, ni siquiera en las partes bajas y escondidas.
El look general es moderno y funcional. Destaca el panel de instrumentos que mezcla un reloj análogo (velocímetro) y un gran display digital para el resto de la información, el que es fácil de configurar a gusto del usuario.
El volante tiene tacto deportivo, se elimina la palanca de cambios en pos de botones más útiles, cuenta con climatizador bizona, techo de vidrio de tamaño medio, acceso sin manos y botón de encendido, asientos de cuero multifunción y climatizados, cargador de teléfonos por inducción, sensor de luz, cámaras de retroceso y laterales (LaneWatch) y el sistema de seguridad Honda Sensing.
Este incluye una serie de asistencias, incluyendo el frenado de emergencia (CMBS), la mitigación ante salida de calzada (RDM), la advertencia de colisión frontal (FCW), la advertencia de salida de carril (LDW), el asistente de mantención de carril (LKAS) y el control crucero adaptativo (que mantiene la distancia con el auto que antecede), sin olvidar con ocho airbags, control de estabilidad y anclajes isofix, entre lo principal.
En el centro del tablero destaca una pantalla táctil central para el sistema de infoentretenimiento Honda Libnk que, afortunadamente, cuenta ahora con botones de acceso directo, incluyendo el tan necesario volumen y el sintonizador para la radio.
Lo más llamativo es la nueva interfaz, muy amigable y fácil de utilizar, además con una excelente resolución, y conectividad a Apple CarPlay y Android Auto. Y el sistema de audio es excepcional, con 10 parlantes y subwoofer.
Nuevo enfoque mecánico
Con el nuevo Accord se acaban los motores V6 aspirados tradicionales en la gama alta de Honda.
En este caso, el modelo reemplaza el cuatro cilindros 2.4 litros y el V6 3.5 por un único bloque 2.0 Turbo, que es el mismo del fantástico Civic Type R, aunque algo más desabrido, por supuesto.
Siguen siendo 247 Hp y 370 Nm de par los disponibles para el sedán, asociado a una nueva caja automática de 10 velocidades, que permiten homologar entre 8,4 y 16,2 km/litro.
Hay un modo de mano Ecom, que vuelve al Accord más eficiente pero menos divertido (los cambios se realizan a muy bajo régimen y el acelerador no responde como si fuera un turbo), y a menos que de verdad necesite ahorrar algo de combustible, olvídese de él.
El modo Sport, en cambio, es todo lo contrario: pasos de marcha muy arriba en el tacómetro, un modo manual realmente efectivo ya que la caja nos aguanta hasta el final, y mucha entrega de potencia por parte del motor.
La gracia de este paquete, en todo caso, es que incluso en modo normal el auto responde realmente bien. Cuando uno busca el pedal con decisión, el auto avanza rápido. Es cierto, es algo pesado y se nota, no es tan ligero como algún sedán más deportivo, pero no podemos decir que se siente achanchado.
Diría que es especialmente eficiente en el rango medio de revoluciones, que se sostiene con mucha facilidad por la gran cantidad de marchas de la caja. Es fácil subir y bajar, manteniendo siempre al Accord en el peak de su entrega de par, lo que lo hace muy maniobrable.
Más ligero de peso, nueva arquitectura de suspensión trasera y un mejor aplomo destacan en su comportamiento. Extrañamos una dirección más directa y responsiva, que nos transmita mejor lo que corre bajo las ruedas, pero su foco es más confort que otra cosa, y en ese sentido la asistencia es increíble.
Y en materia dinámica, hay algo de cargas del chasis en curvas muy cerradas y en velocidad, pero en general el aplomo es sobresaliente y se siente extremadamente seguro cuando uno lo fuerza, y eso que es un sedán de 4,9 metros de largo.
Conclusión
El Accord siempre ha sido un referente en el segmento y sigue siéndolo. Lamentablemente, poca gente lo podrá reconocer ya que prefieren optar por un SUV más que por un sedán.
Es cómodo, grande por dentro, muy bien terminado, lleno de equipamiento y con un manejo sobresaliente, silencioso y agradable.
No es barato ya que Honda trajo la configuración de motor y equipamiento más cara, pero es sin duda una de las mejores opciones para quienes buscan algo distinto a lo habitual.
Lo mejor es que tras 40 años de vida, Honda se atrevió a arriesgar con esta propuesta de diseño y dinamismo, y vaya sí les funcionó. Pareciera que la marca va con retraso y se mueve con cierto letargo, pero el Accord nos recuerda que no, que Honda ha ido siempre a la vanguardia.
¿Doctores de 60 años? Naaaa. Atrévanse a probarlo, no los decepcionará.