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Industria

La bancarrota mira de frente a SsangYong

El fabricante coreano inicia un proceso de reestructuración interna para evitar la declaración de quiebra.

La bancarrota mira de frente a SsangYong

La historia es cíclica, dicen muchos, y SsangYong Motor lo vive en carne propia luego de que solicitara a la justicia surcoreana el concurso de acreedores luego que no fuera capaz de asumir el pago de créditos avaluados en 60 mil millones de wones, unos 55 millones de dólares.

"SsangYong Motor solicitó el procedimiento de administración judicial porque se espera una interrupción masiva en la operación después de que la compañía no pudiera llegar a un acuerdo para extender sus plazos de pago de préstamos con bancos extranjeros, cuya fecha límite era el 14 de diciembre", se informa en las agencias de noticias.

De esos 60.000 millones de wones, la mitad se le adeudan al Bank of America Corp., otros 20.000 millones al JPMorgan Chase & Co. y 10.000 millones de wones a la financiera francesa BNP Paribas.

Esta es la segunda vez en 11 años que SsangYong tiene que someterse a un concurso de acreedores. La vez anterior entró en crisis cuando el gigante chino SAIC decidió salió de su propiedad, pero fue salvatada por la empresa india Mahindra & Mahindra, que inyectó 460 millones de dólares a cambio del 70% de la propiedad del fabricante surcoreano (y que luego crecería al 74,65%), con la firma intención de convertirla en la punta de lanza de su ingreso a Norteamérica.

Sin embargo, la realidad fue totalmente distinta. De enero a noviembre de este año, sus ventas han caído un 20% respecto del mismo período de 2019, vendiendo apenas 96.825 unidades (2.843 de ellas en Chile). En el primer trimestre de 2020, SsangYong tenía unas pérdidas netas de 193.500 millones de wones, unos 160 millones de dólares.

Con las pérdidas operaciones creciendo año a año, Mahindra decidió frenar la nueva capitalización que debía realizar para pagar las deudas, y trató de deshacerse de la compañía vendiéndola entera o por pedazos, pero no consiguió ni un sólo comprador.

Esto obligó al fabricante a solicitar al tribunal que le deje realizar un plan de reestructuración autónomo, lo que le da a SsangYong tres meses para poder renegociar su deuda con los acreedores, antes de poner a la empresa en tutela judicial y declarar la bancarrota.

Veremos en los próximos meses como avanza esta telenovela.

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