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Autos clásicos

Lancia Flamina 335, el auto más querido de los presidentes italianos

Un buque insignia de alta gama, equipado con un motor V6 de 2.5 litros e interiores y acabados de lujo.

Lancia Flamina 335, el auto más querido de los presidentes italianos

Cada que se hace un listado con los autos italianos más emblemáticos, hay un modelo que siempre tiene un lugar reservado. Se trata del Lancia Flamina que en las décadas de 1950 y 1960 dejó huella por su potencia y lujo.

Fue en 1957, cuando Lancia presentó al público en el Auto Show de Ginebra: un buque insignia de alta gama, equipado con un motor V6 de 2.5 litros e interiores y acabados de alta gama.

Posterior a su lanzamiento, el Lancia Flamina se mejoró rápidamente con series especiales fabricadas por carroceros. De todos ellos el que más destacó fue el creado por Pininfarina en 1961.

Se trató de un convertible presidencial con distancia entre ejes larga, conocido como “335”, esta cifra fue tomada de la longitud de la distancia entre ejes en centímetros.

De acuerdo con los registros, fue el presidente Giovanni Gronchi quien utilizó el auto por primera vez durante la visita de la reina Isabel II a Italia.

A los pocos meses, se fabricaron cuatro unidades más, y para continuar la tradición, se les dio los nombres de los caballos pura sangre de las antiguas caballerizas papales, las Scuderie del Quirinale: Belfiore, Belmonte, Belvedere y Belsito.

En el caso de Belfiore, Belmonte y Belvedere tenían una carrocería convertible con una capota de lona rígida plegable, mientras que Belsito, incorporaba una capota blanda de lona sobre el asiento del conductor sin posibilidad de apertura.

Pintados en color azul, todos estos modelos tenían espacio para cinco pasajeros en un gran banco trasero con dos asientos abatibles más. Incluían tapizado de piel negra y un intercomunicador para tener contacto con el conductor.

Utilizados en las visitas de los principales jefes de estado, incluidos John F. Kennedy, Charles de Gaulle y en las celebraciones del centenario de la Unificación italiana, los automóviles se sometieron a una cuidadosa restauración en 2001.

Dos modelos, que pertenecen ahora a las Scuderie del Quirinale: Belfiore y Belvedere, siguen siendo utilizados en grandes ocasiones por el presidente italiano y los más altos funcionarios del país.

Belsito se puede ver en el Museo Histórico de Vehículos Militares de Roma, mientras que Belmonte se exhibe en el Museo Nacional del Automóvil de Turín desde 2001.

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