Hubo un tiempo que fue hermoso, donde era muy fácil saber el modelo y la motorización de un BMW. Con sólo mirar las siglas en la tapa de la cajuela, se podía saber que si por ejemplo montaba la insignia “330i”, lo que estabas viendo era un Serie 3 con motor 3.0L a gasolina. Esa regla donde los dos últimos dígitos coincidían con la cilindrada funcionaba la mayoría de las veces, pero había algunas excepciones, como el caso del El E39 540i que tenía un motor de 4.4 litros, o el E82 125i que portaba uno de 3.0 litros, entre otros.
Pero últimamente las cosas cambiaron, y para aclarar qué significan los números, la propia BMW explicó en un podcast cómo funciona la nomenclatura de la marca a través de la historia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, todos los automóviles tenían un número 300 para separarlos de los aviones BMW, que portaban el número 100 y de las motocicletas que tenían el 200. Después de la guerra, los nombres comenzaron a mezclarse, y recién en 1972 BMW trató de poner orden con la Serie 5 “E12”, con un nuevo sistema de nomenclaturas para que pueda entenderse en todo el mundo, con la mencionada técnica de un número de tres cifras marcando primero la serie, y luego el desplazamiento del motor.
Hoy en día las cosas cambiaron, y ahora hay múltiples derivados de cada modelo que usan el mismo tamaño de motor, con salidas de potencia variadas según los diferentes ajustes que le hacen al turbo, y también a causa de la suplementación híbrida. Y si a esto le sumamos el hecho de que la gama ahora también incluye vehículos sin ningún tipo de cilindrada (adviniste, los eléctricos) la cosa se complica aún más.
Por eso es que actualmente BMW usa los dos últimos dígitos de la nomenclatura para referirse a los “niveles” de potencia, una estrategia similar a la que comenzó a utilizar sus rivales de Audi hace unos años.
Algunos ejemplos de las nomenclaturas de BMW
Si un modelo de BMW termina con un “45”, estamos hablando de un vehículo que ofrece una potencia total que está entre los 300 a 350kW (402 – 469 HP), incluida la asistencia eléctrica. Por eso un Serie 5 híbrido tiene como nomenclatura un “545e” frente al “540i” de la versión con motor a combustión, esto es porque a pesar de tener el mismo motor, el híbrido cuenta con más potencia gracias a la asistencia del motor eléctrico.
Esa designación “e” al final del número BMW la usa para modelos híbridos enchufables. Y se complementa con la designación más reciente “eDrive”, utilizada para vehículos 100% eléctricos como el i4 eDrive40.
Por otro lado, la denominación “S Drive” está reservada para vehículos con tracción en dos ruedas, (pero solo en los rangos de modelos Z y X) mientras que el nombre “xDrive” solo se aplica a los vehículos de tracción total. Para completar, esto seguramente lo sabías, pero si al final del número del modelo ves una “i” o una “d”, significa que el motor es a inyección de gasolina o diesel respectivamente.
Un caso aparte son los modelos donde aparece la codiciada letra M. Allí tenemos versiones donde la letra aparece sólo con el número de la Serie (por ejemplo, un Serie 4 de la División M es un M4), pero en el caso del SUV, la M llega después, como en el X3M.
Si se trata de un vehículo firmado por M pero que no es un “M puro” (M Performance), allí se sigue teniendo a los tres dígitos (como por ejemplo con el M550i) aunque los modelos eléctricos y los SUV solo tienen dos, (por ejemplo, X3 M40i).
Sí, saber de qué BMW se trata con sólo mirar su nomenclatura ya no es tan fácil como antes, pero a decir verdad los autos tampoco son como antes y sus numerosas variantes obligan a los fabricantes a complejizar las denominaciones. Esperamos que con estas explicaciones y ejemplos la cosa te haya quedado más clara… o tal vez terminó de confundirte.