Es un hecho que el futuro de la movilidad es eléctrica. Desde fabricantes hasta gobiernos abogan en una transición energética que deriva en que los vehículos del futuro serán a batería, pero también existen algunas voces que se apartan del rebaño y ven con mirada crítica esta tendencia.
Toyota hace tiempo viene advirtiendo que el futuro no sólo es eléctrico, sino que hay alternativas como el hidrógeno. Pero ahora, la marca japonesa afirma que apostar únicamente por los vehículos 100% eléctricos no es solo una mala decisión comercial, sino que podría ser perjudicial para el medio ambiente.
El Dr. Gill Pratt, científico en jefe de la división de electromovilidad de Toyota, dice que tiene mucho más sentido que las compañías automotrices ofrezcan autos con diferentes fuentes de energía, incluidos híbridos e hidrógeno.
Dr. Gill Pratt
El problema con los vehículos eléctricos es la disponibilidad de litio, el mineral utilizado en la producción de paquetes de baterías. Pratt predice que la industria automotriz pronto se verá afectada por la escasez de litio, así como de otros minerales utilizados en la producción de baterías, y también por la falta de puntos de recarga para los usuarios a medida que aumenta la demanda de vehículos eléctricos en producción.
Entonces, si no hay suficiente litio disponible para impulsar decenas de millones de vehículos eléctricos, lo más razonable es repartir ese bien escaso entre los vehículos híbridos. Por eso, el científico asegura que fabricar millones de vehículos híbridos contamina mucho menos que usar la misma cantidad de litio para crear una cantidad menor de vehículos eléctricos puros.
Para ejemplificar lo anterior, Pratt nos dá el siguiente panorama: “pongamos un promedio donde 100 vehículos de combustión tradicional emiten unos 250 g/km de CO2. Si tenemos suficiente litio para fabricar 100 kWh de baterías, podríamos construir un Tesla de largo alcance con las mejores especificaciones y sin emisiones, pero los 99 vehículos restantes seguirían funcionando con combustión, lo que daría una cifra de CO2 de flota de 248,5 g/km, un promedio muy bajo. Sin embargo, si distribuimos esos 100 kWh entre 90 híbridos tradicionales, dejando solo 10 autos de combustión simple, y las emisiones promedio bajan a 205 g/km, una gran diferencia."
Según Pratt, “se avecina una crisis de escasez, no solo de materiales de batería, sino también de infraestructura de carga, algo que dejará muy claro que una talla no sirve para todos, y que la mejor respuesta es en realidad una combinación de diferentes tipos de vehículos”.
Como en su momento dijo el mismo Akio Toyoda, ahora ex presidente de la compañía, “el enemigo es el combustible fósil y el carbono, no los motores de combustión interna”. Todo el mundo está de acuerdo en una movilidad sin emisiones, pero tal vez la respuesta no necesariamente tenga que ver con autos de grandes baterías.