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El mítico Corsa B cumple 30 años de vida

Te invitamos a conocer los detalles de un ícono de la industria europea y latinoamericana.

El mítico Corsa B cumple 30 años de vida

El nombre Corsa debe ser uno de los más emblemáticos y reconocidos de la industria automotora latinoamericana, ya que fue fabricado por más de 20 años en Argentina, Brasil y México, y comercializado por millones de unidades bajo la marca Chevrolet.

Sin embargo, el Corsa nació en Alemania a inicios de la década de los 80 como el nuevo modelo compacto de Opel. Hace un año cumplió 40 años de vida comercial, con más de 14,5 millones de unidades vendidas a la fecha. Es lo que podríamos catalogar de un súper ventas en todas partes del mundo.

El Opel Corsa A fue el primer intento de la General Motors por lanzar al mercado un automóvil pequeño que se ganara un espacio en el segmento que dominaban el Ford Fiesta y el Volkswagen Polo. Fue presentado en 1982 y su producción se centró en la planta española de Figuerelas (Zaragoza), desde donde salieron las versiones hatchback y sedán, ambas con un diseño completamente independiente, un alto equipamiento en materia de seguridad y confort, y prestaciones prácticas para todo uso gracias a sus motores de 1.0 y 1.2 litros.

Sin embargo, es la segunda generación del modelo o Corsa B, aparecida en los mercados europeos 10 años más tarde, hace justo tres décadas, la que nos convoca en esta nota, ya que fue la versión más global, conocida y exitosa del modelo, y que posiblemente todos asocien al nombre Corsa.

Para este modelo y debido a su éxito inicial, la marca decidió fabricarlo también en Eisenach, la casa de Opel en Alemania, y pidió a los diseñadores dirigidos por el japonés Hideo Kodama, por entonces director de diseño de Opel, que asumieron la responsabilidad de evolucionar el modelo con líneas disruptivas que rompían con el diseño anguloso del Corsa original. Así nació el Corsa que todos recordamos, mucho más redondo y suave, con faros que parecían grandes ojos.

Kodama fue mucho más allá y quiso diferenciar el diseño de los hatchbacks de 3 y 5 puertas, cada uno con su propio carácter. El primero tenía una silueta más deportiva, con una zaga tipo coupé, mientras que el cinco puertas era más familiar, con una cabina más englobada y espaciosa, dejando espacio para cinco ocupantes y un maletero con más de 1.000 litros de capacidad hasta el techo. 

La evolución de la generación A a la B benefició el confort y la seguridad. Creció en diez centímetros respecto del primer Corsa, hasta casi 3,73 metros de largo, tenía una distancia entre ejes mayor y voladizos extremadamente cortos. Además, el parabrisas se había desplazado hacia adelante y la parte trasera del modelo de cinco puertas descendía en un ángulo pronunciado. Todas estas medidas aseguraban que el Corsa B ofreciera las mejores cabinas en términos de espacio interior.

Las grandes ventanillas y los pilares estrechos creaban un ambiente interior amplio y luminoso y proporcionan una buena vista panorámica, y ofrecía soluciones inteligentes, como un borde especial en los laterales del parabrisas que mantenían el agua de la lluvia alejada de las ventanillas laterales, o las carcasas de los espejos exteriores de diseño aerodinámico que evitaba la acumulación de suciedad.

En cuanto a la construcción, el Corsa B aumentó la rigidez torsional de la carrocería en un 40% en comparación con su predecesor, y por primera vez en esta clase de modelos se utilizan refuerzos dobles tubulares de acero en las puertas, que proporcionan mayor protección contra impactos laterales, y tensores mecánicos de cinturones en los asientos delanteros. 

La segunda generación del Corsa también establece un estándar al ofrecer dos eficientes motores de gasolina equipados con tecnología de inyección y convertidores catalíticos. El bloque de 1.2 litros (45 Hp) ya cumplía las normas de emisiones que entraron en vigor tres años después.

 

Este Corsa B entró a los mercados de Latinoamérica bajo la marca Chevrolet, y como reemplazo del popular Chevette, primero en México y Centroamérica bajo el nombre Chevy (importado desde España), y luego en Sudamérica, desde 1994, cuando el modelo inició producción en Brasil y Argentina. 

El Corsa se vendió en nuestros mercados con todas las carrocerías disponibles en Europa (3, 4 y 5 puertas), e incluso en 1995 apareció el Corsa pick-up, antecesor directo de la actual Chevrolet Montana. Con los años, el Corsa ya se producía en México, Colombia y Ecuador.

Si algo caracterizaba al Opel Corsa B, era su altísima propuesta de valor, graficada en su amplio espacio interior, un equipamiento más alto que la competencia (especialmente en seguridad) y un confort de marcha dignos de un auto de segmento superior. 

El Corsa hoy en Chile

Tras una primera etapa como Opel y una segunda como Chevrolet, el Corsa se comercializa en el país desde su regreso al mercado nacional en 2012.

La sexta generación o Corsa F fue lanzada a nivel mundial en 2019 y aterrizó en Chile justo cuando nos llegaba el Coronavirus, en febrero de 2020. Fabricada en la plataforma modular EMP1 del Grupo PSA, el Corsa fue el primer modelo Opel en utilizar una base mecánica francesa, estando directamente emparentado con el Peugeot 208 y el DS 3 Crossback.

Hace unas semanas, Opel presentó la actualización de mitad de vida de este modelo, y destaca por incorporar más electrificación a través del denominado Corsa Electric, un modelo que se ofrecerá en dos versiones, una de 100 kW (136 Hp) con autonomía de 357 kilómetros y otra de 115 kW (156 Hp) que alcanza los 402 kilómetros gracias a una batería de 54 kWh. 

Esperamos la llegada de este nuevo Corsa a Chile para este mismo 2023 o inicios de 2024.

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