La industria automotriz estadounidense está bajo una gran amenaza por parte de la industria china. Los precios y operaciones del gigante asiático podrían desestabilizar por completo su modelo de negocios, por lo que el propio gobierno estadounidense está haciendo todo lo que sea posible para bloquear la entrada de esos autos a su país, uno de los mercados más grandes del mundo. Y como era de esperarse, Donald Trump, expresidente de Estados Unidos y candidato en campaña, ya se ha pronunciado al respecto.
El candidato republicano ha declarado durante un evento de campaña en Ohio que de llegar a ser electo para un segundo mandato, impondría un impuesto del 100% del valor del producto a todos los autos de marcas chinas que se fabriquen en México y que lleguen a Estados Unidos.
Esta estrategia es la última amenaza que Estados Unidos hace a estas marcas, mismas que están entrando a un ritmo impresionante a México, muchas de ellas buscando establecer una planta en dicho país para aprovechar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y así evitar el impuesto que en su mandato, el mismo Trump les impuso. Aunque en ese caso fue un impuesto del 25% sobre el valor del auto, pero sólo si llegaba directamente desde China.
La amenaza de Trump ha ido en escalada, hace unas semanas dijo que buscaría un aumento del 50%, pero tras unos días, llegó al 100% ya mencionado. Con un impuesto tan alto sería imposible para las marcas chinas obtener un beneficio de las ventas de sus autos.
Cómo contexto, no solo Estados Unidos está buscando frenar la entrada de estos productos, en Europa, la Unión Europea ya autorizó un impuesto del 20% sobre todos los autos eléctricos que lleguen de china a partir de Julio de 2024.
