El Autódromo Internacional do Algarve en Portugal fue el escenario elegido por la firma británica para probar las capacidades del Range Rover Sport SV Edition One.
Este SUV con motor V8 biturbo 4.4L y tecnología Mild hybrid con 627 Hp completó con éxito la prueba de conducción en el trazado de 4.6 kilómetros.
El Range Rover Sport SV Edition One tuvo sólo un juego de discos y pastillas de freno carbonocerámicos (disponibles de manera opcional). Dicho sistema incluye discos delanteros de 440 mm y calipers delanteros Brembo Octyma (desarrollados por la marca) de ocho pistones dispuestos en forma de cruz para mejorar la distribución de la presión, consiguiendo un desgaste más uniforme de las pastillas y una mayor eficiencia de frenado. El tren trasero en cambio, opta por una configuración más "clasica" de cuatro pistones.
Con el fin de mejorar la refrigeración del sistema de frenado, la carrocería incluye unos conductos específicos que canalizan el flujo de aire. Además, suma la tecnología de frenado asistido integrado desacoplado, que mejora las deceleraciones y el tacto del pedal.
Cada vehículo completó de media 215 vueltas y 15 curvas, en total 987 kilómetros a los que se agregaron 1.609 kilómetros que habían recorrido antes de la prueba en circuito. Durante la inspección posterior a la prueba de conducción, las pastillas estaban al 30% de su vida útil.
En cada vuelta al circuito había zonas de frenado intenso, siendo la primera curva hacia la derecha, la más complicada ya que el Range Rover Sport SV Edition One tenía que disminuir su velocidad en un corto espacio desde los 240 km/h en una zona en pendiente.
El vehículo también superó esta cifra en aceleración lateral continua al tomar una curva, incluso con neumáticos de serie All Seasons. Estos frenos carbonocerámicos opcionales suponen 34 Kg menos de peso en comparación con los Dual-Cast de serie.